Dos cojuntos y un círculo de vecindad
Mirador del Cacique bordea, en forma de ‘media luna’, al conjunto Girasol, que es totalmente redondo. La construcción de esta urbanización tardó dos años. (suministrada Carlos Cortés).
Ser el segundo habitante de Mirador del Cacique le dio a Julio César Pimiento y a su familia el privilegio de ser un testigo del desarrollo urbanístico que tuvo el sector suroriental de Bucaramanga.
Desde que vivía en Santa Bárbara I etapa y a partir de 1994 cuando se enamoró del estilo circular del conjunto de 123 casas, este zapatoca supo que tendría que vivir allí.
“Mirador del Cacique es la media luna que rodea el conjunto Girasol, que llama la atención porque es redondo, sin embargo cuando llegamos no existía ese conjunto. Se tenía contemplada la II etapa de Mirador en la parte de arriba, en la que se complementaría el círculo, pero Urbanas, que fue la que construyó, vendió a Marval esa área, ellos hicieron Girasol. Por eso la forma de la media luna”, explica Pimiento.
Cuenta que el nombre se debe al mirador que hay en la zona social y que permitía a los residentes sentarse a disfrutar el panorama de Bucaramanga.
Julio César Pimiento y su familia
viven en este sector
hace más de 20 años.
“Pero esto ya no se puede por las construcciones de edificios nuevos. Las vistas que aún tenemos despejadas son hacia el aeropuerto, hacia los cerros orientales y la salida a Pamplona. El desarrollo ha sido bueno pero también nos ha traído inconvenientes pues en 5 años han llegado a vivir al sector más de 3 mil familias, y no tenemos vías”, alude.
Sin embargo existen razones de peso para apegarse a la casa en la que vio crecer sus hijos.
“Es un estilo de construcción diferente y pensar en que voy a conseguir una casa con estas características ahora es imposible. Tienen mucha solidez, son cómodas, amplias y la cantidad de árboles oitíes lo hacen fresco. Además contamos con una zona social grande y hermosa. Esto olo contando la parte de infraestructura, pues el ambiente familiar es incomparable”, expresó.
Más conjuntos
Terminado Mirador del Cacique, sus residentes vieron cómo se construían otros conjuntos como Boulevard del Cacique y Portal del Cacique, Tajamar, Santa Mónica y Girasol, el complemento arquitectónicamente esférico de Mirador.
Este fue el mirador construido para ver la ciudad.
Un ‘mirador’ muy completo
Las 123 casas que lo conforman tienen cuatro modelos, esto de acuerdo a la forma de terraza que se le fue dando al terreno mientras se construía. Por su vecindad con Girasol se forma un anillo contiguo a la Transversal Oriental, razón por la que la nomenclatura cambia en la zona, por eso la dirección de este conjunto es Anillo Balcón del Tejar # 36-306.
Las vías amplias permiten recorren todo el conjunto y en doble sentido, sumando así una extensión de 1 km.
Además tiene una zona social compuesta por un gimnasio, salón comunal, piscina para niños y adultos y juegos infantiles.
Cada vivienda tiene cerca de 120 metros cuadrados y tienen entre 3 y 4 habitaciones.
El hecho de que del total de habitantes el 95% sean propietarios hace un ambiente más seguro y de fraternidad.
¿Y Girasol?
Por su parte esta urbanización con menos tiempo de vida pero bastante llamativo desde una vista aérea, tiene una glorieta en el punto central.
Allí convergen finalmente muchas situaciones, desde el retorno en un vehículo para encontrar la salida del conjunto, hasta el sitio para compartir momentos especiales pues allí están ancladas la piscina, parque infantil, canchas y el salón social.
Además el terreno está distribuido, 65% casas y 35% con seis edificios.
La portería está ubicada sobre el ‘anillo’ y justo frente a Santa Mónica.
Una curiosa forma arquitectónica tienen los conjuntos Mirador del Cacique y Girasol. (Foto Javier Gutiérrez).
Pero ¿por qué se construyeron este tipo de proyectos en forma circular? El arquitecto experto en urbanística Antonio José Díaz Ardila comenta que es por la topografía.
“En urbanismo hay dos maneras de trabajar este tipo de proyectos: una es montando el elemento geométrico (casas o edificios) encima de la topografía (conjunto de particularidades que presenta un terreno en su configuración superficial) y la otra que la topografía ayude a dar forma al terreno mientras se va desarrollando el proyecto.
“En este caso se aproyechó que era una montaña para integrar el terreno y la construcción entre sí para dar la forma de abanico que tiene. Es un desarrollo urbanístico orgánico donde la forma la da la naturaleza. Hay que recordar que Tejar Moderno eran terrenos lejanos de Bucaramanga, más baratos que la meseta, por eso Urbanas ayudó a impulsar la construcción del viaducto La Flora, para darle más valor a estos predios y así más comunicación con el resto de la ciudad. Sin duda Urbanas fue el primero en empezar a darle forma la zona y luego lo terminó Marval”, explicó el profesional.