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Anímese a escalar

Christian Durán disfruta escalar los paisajes colombianos desde hace 10 años. – Suministrada/ GENTE DE CABECERA

Técnica. Fuerza. Resistencia. Listos los zapatos de agarre pie de gato y una talquera con magnesio para evitar la sudoración en las manos.

Muchos empiezan escalando pequeñas paredes de tres metros de alto. Los entrenamientos se realizan en un gimnasio de escalada para principiantes. Allí encuentran muros y un ‘crash pad’- colchonetas adaptadas para evitar cualquier caída -a medida que ganan resistencia. Esta técnica se conoce como ‘boulder’.

La clave está en fortalecer el agarre, así como sus piernas y brazos, con ayuda de un instructor y un equipo de seguridad que les garantiza su protección.

Precisamente en la ciudad funciona un gimnasio para entrenar conocido como ‘Boulder house’.

Aprendida la técnica, se pasa a otros escenarios. Los paisajes agrestes de Santander seducen a muchos de ellos.

En La Mesa de los Santos se encuentra La Mojarra, 15 minutos antes de llegar al pueblo. Otra de las opciones es el Hostal La Roca, justo por la entrada del Parque Nacional del Chicamocha, Panachi, con parque de escalada temático donde los escaladores ponen a prueba todo su entrenamiento, subiendo altas paredes.

Los escaladores evalúan las rutas según su inclinación, el tipo de agarre y los niveles de dificultad de los movimientos.

Los escaladores nos cuentan

Alejandro Navas puede considerarse uno de los gurús en Santander en escalar. Cuenta con la certificación para impartir estos cursos. Además, disfruta investigando sobre la cultura Guane mientras escala las paredes del departamento.

“Para escalar no es necesario ser un “Supermán”, ya que lo importante no es qué tan alto subas, sino la experiencia misma que implica compartir un espacio natural, siempre que lo hagas con personas que te ilustren y ayuden”.

Explica que hay vías muy sencillas y otras más difíciles, pero eso no es lo verdaderamente importante. “Una persona de peso normal y que se ejercite de vez en cuando, previo un calentamiento dirigido, podría tener la experiencia de escalar en roca; si ya te decides por practicar el deporte con más asiduidad y sobre vías más exigentes, requerirás un entrenamiento específico, para lo cual la escalada en muro artificial puede ayudar bastante”.

Y es que para Alejandro Navas escalar va más allá del simple hecho de subir rocas. Él lo asume como “un acto en el que cuerpo y mente se recrean en un infinito mundo de posibilidades artísticas, históricas, antropológicas, geográficas y ambientales, para entenderse como un ser “integral” en todo el sentido de la palabra”, enfatiza.

Es escalar en roca, conocer sobre la historia indígena y pos-hispánica del lugar, el análisis geográfico como parámetro de poblamiento y como estrategia bélica durante la independencia de Colombia, su devenir eco-antropológico a través de las últimas décadas, y muchas otras cosas que sin duda alguna le serán gratas e insospechadas, agrega Navas.