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Takehiro Ohno: cocinero y maestro de la vida

Takehiro Ohno

Takehiro Ohno.

El reconocido japonés Takehiro Ohno recorrió el mercado central de Bucaramanga, pues como todo chef sabe que para conocer un lugar debe partir de su gastronomía. Así que la capital santandereana no fue la excepción y en su primera visita quiso deleitarse con los productos propios de la región: sobrebarriga, carne oreada, mano de res, pepitoria.

Lo acompañaron estudiantes de gastronomía de la Unab, pues su objetivo era mostrarles al cocinero real, no solo al que aparece en televisión, sino al popular, al tradicional.

Los maíces que tanto lo sorprenden de Colombia hicieron parte del deleite, por supuesto el de maíz pela’o. El mute fue parte de los platillos que disfrutó.

Este chef de trayectoria internacional, conductor de programas como Ohno Tv, Gourmet Channel y MasterChef Argentina habló con Gente sobre cómo sorprender a papá en su día. Además nos contó cuáles fueron las herramientas que lo llevaron a amar la cocina, por qué es importante preparar los alimentos con amor, y qué camino deben seguir quienes quieren ser chef profesionales.

Ohno explicó como todo samurai que en la vida debemos dejarnos guiar por maestros, que los pilares de la vida que le transmitió su padre son: “darse cuenta”, “ya”, “corregir” y “continuar”, pero ante todo, que la clave para ser exitoso está en esforzarse al 100 por ciento y entender que todo empieza “por ser buena persona”.

Fusión: Cocina más lecciones de vida

En mi vida de cocinero fui un japonés cocinando comida vasca; no hablaba nada de español, así que no fue fácil. El camino más práctico hubiese sido hacer sushi pero quise irme por comida de otro país. Sin embargo, vivía dudando si lo haría bien, así que la única forma de quitarme esa duda fue entregando mi 100 por ciento. Quería llegar a ser un gran chef, cumplir ese sueño que se forjó desde los 7 años, pero para lograrlo entendí que debía estudiar para alcanzar ese gran nivel.

El cocinero no debe solo cocinar, sino saber de números, de contabilidad, marketing. Así dejé de ser un cocinero y fui chef. Entendí que como chef soy responsable de un trabajo de equipo, en mi caso de 120 empleados, y todo depende de cómo hago mi trabajo. Y esas familias tienen sus familias, así que es una responsabilidad social, eso es para mí ser chef. Por eso quiero compartir herramientas con mis estudiantes, que piensen en grande, mediante mis charlas motivacionales.

El amor en cada plato

Se trata de ser honesto con el cliente, por eso no puede haber un plato malo. Explica que es como imaginar que en la mesa esté un joven que ha ahorrado por varias semanas su dinero para llevar a su novia y pedirle la mano. Será un momento especial, único, que recordarán, por eso desde su cocina hace todo con amor y excelencia. Le explica a sus estudiantes que no se trata de dañarles el momento a los clientes. Es acompañarlos para que pasen momentos lindos, que ellos recuerden que el día en que le propuso matrimonio a su novia comieron tal plato, es esa emoción. Y al pensar así, jamás saldrá un mal plato.

El plato preferido de Ohno

Ama los métodos de cocina china de tres mil años, esa cocina en la que en diez pasos se disfrutan diez emociones. “Me fascina estudiar la cocina china y esas técnicas las uso en otros platos. Por ejemplo, puedo hacer un sancocho con técnicas de ellos. Amo el estofado, no es llevar los ingredientes a cocción, es una sabiduría de cocina que se nota. Mi maestro hacía estofado de cordero en un fondo de caldo de carne sobre un fuego que no había apagado en 11 años. Solo puso un hueso ahí y con ese líquido cocinó hasta alcanzar un nivel altísimo. “El día que lo probé lloré, estuve tan feliz”.

Un platillo para papá

Sorprenderlo con unos fáciles y prácticos huevos revueltos, agregándole leche. Solo inténtelo. Además, invita a los hijos y a las esposas a cocinar juntos y utilizar un plato grande para decorarlo con un dibujo especial en salsa. Eso enamorará a papá, tanto que no importará al final el sabor del platillo. Otra opción, preparar un guiso de la preferencia de papá y acompañarlo con una cazuela decorada con perejil. Y a abrazar a papá.

Sus pilares

Darse cuenta, ya, corregir, continuar.

Al radicarse en Argentina y abrir su propio restaurante se dio cuenta de que no sabía nada de contabilidad. “Mi restaurante no aguantó ni un año. Me sentí inútil”. La clave estaba en la administración. Como su padre trabajaba en el sector hotelero lo asumió como su maestro. Volvió a Japón y aprendió de él a: darse cuenta, a hacer las cosas ya, a corregir, y a continuar. “Hay que darse cuenta, estar todo el tiempo atento. Si nos damos cuenta debemos hacerlo ya. Si no lo hacemos, otro lo hará. Luego de dar ese paso, corregir la decisión que se tomó rápido. Es dejar de pensar en ese error y crear un sistema que permita continuar”.

Sobre los niños chefs

Los niños deben encontrar un maestro que les enseñe su camino, pero ante todo que les enseñe a ser líderes, a ser buenas personas.