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Nuestra Gente

¿Qué hace con sus aceites de cocina usados?

Se recomienda depositar el aceite de cocina usado en un recipiente no menor de un litro. Cuando se llene se deposita en la caneca o se solicita el servicio de recogida en su casa.

Probablemente usted sea de los que tienen la buena intención de preservar el medio ambiente y se siente con las ‘manos atadas’ al no contar con programas gubernamentales o privados que apoyen iniciativas que promuevan ideas y proyectos ecológicos.

Y quizá sea uno de los que no sabe qué hacer con los aceites de cocina usados y termine depositándolos en la tubería del lavaplatos.

Pensando en esta necesidad Diana Carolina Granados Suárez y Katherin Díaz Sánchez crearon la empresa Grasecol.

Su idea de recoger estos líquidos que después de usados únicamente son vistos como contaminantes del medio ambiente, nació a partir de un proyecto de grado que pretendía dar solución a la problemática ambiental generada por este elemento.

Esto nos contaron las jóvenes sobre el proyecto con el que pretenden poner su granito de arena para fomentar el cuidado por el planeta.

¿Cómo surgió esta idea?

“A partir del proyecto de grado descubrimos que actualmente en Bucaramanga no existe ninguna normatividad o entidad que controle su uso y disposición final, lo cual generaba dos problemáticas: la primera de salud en el sector comercial, pues los establecimientos de comida no tenían más alternativa que vender o regalar sus residuos de aceite a recolectores informales que muchas veces lo requerían para revenderlo para el consumo humano o en la elaboración de comida para animales. Y la segunda problemática ambiental en el sector residencial, pues en las casas no tenían más alternativas que arrojar sus residuos de aceite al lavaplatos o a la basura, generando contaminación directa a las fuentes hídricas o a la esterilización de la tierra”.

Los residentes del conjunto Girasol, en el sector de El Tejar, se mostraron satisfechos con la caneca que les instalaron.

¿Cómo fue madurando la idea?

“Decidimos iniciar la empresa de recolección de aceite hace más de un año. Al principio empezamos en el sector comercial, pues al ser mayor el volumen de aceite se facilitaba la logística de la recolección y además nos prepararía para cuando tuviéramos que enfrentar el reto de entrar en el sector residencial.

Desde el principio nos interesamos en brindar el mejor servicio de recolección, por eso decidimos establecer una imagen corporativa, adquirir un vehículo especializado, adecuar el centro de acopio y certificar la disposición final que se le daba a los residuos. Gracias a ese esfuerzo la empresa Área Metropolitana de Bucaramanga, AMB, nos otorgó la viabilidad ambiental, la cual nos dio respaldo y credibilidad”.

¿Qué hacen con los aceites que recogen?

“En el proyecto se analizaron todos los usos que se le pueden dar al aceite usado y se determinó que el que representaba menores riesgos ambientales y de salud era su utilización como materia prima para la elaboración de biodiesel. Así que buscamos en Colombia plantas que produjeran biodiesel a partir de este, pero tristemente ninguna lo hace. Por esa razón no quedó otra alternativa que exportarlo a plantas de biodiesel de Europa”.

¿A qué sectores han llegado y a cuáles piensan llegar recogiendo estos aceites?

“En este momento recogemos aceite en el sector comercial incluyendo hospitales, colegios y universidades de toda Bucaramanga y su área metropolitana, pero deseamos iniciar la labor en el sector residencial.

Con la instalación de la primer caneca en el área residencial estamos dando inicio a nuestro nuevo reto de llegar a los hogares. Sabemos que no va a ser tarea fácil porque las personas están acostumbradas a arrojar estos residuos al caño y muchas veces desaprender costumbres es más difícil que aprender nuevas, pero somos optimistas, sabemos que nada es imposible y estamos dispuestas a realizar grandes esfuerzos para que las personas vean el gran aporte al planeta que puede hacer una acción pequeña”.

Dos jóvenes emprendedores se tomaron la tarea de trabajar en esta propuesta ecológica.

¿Cómo se lleva a cabo la recolección en el área residencial?

“La idea es iniciar la labor de instalación de canecas en conjuntos residenciales para que las personas en vez de botar el aceite por el lavaplatos lo vayan depositando en una botella plástica, cualquiera de al menos un litro, y cuando ésta se complete sea depositada en la caneca. Por su parte Grasecol pasará periódicamente a recoger los residuos de ésta”.

¿A dónde se puede llevar quienes no tengan la caneca en su conjunto?

“Para quienes no tengan acceso a una de nuestras canecas, se da la posibilidad de comunicarse al teléfono 6807781 donde se podrá programar su recogida”.

Luego de recogido el aceite ¿qué proceso sigue?

“Cuando el aceite es recogido se lleva al centro de acopio en el cual se pone en recipientes especiales y se almacena hasta completar la cantidad requerida para el envío”.

¿Con qué recursos económicos se inició este proyecto y qué otros recursos se necesitan para llevar a cabo la idea?

“La empresa se ha financiado con recursos propios, al igual que el inicio de esta nueva fase de incursión en el sector residencial. Si queremos impactar a los hogares de toda Bucaramanga y su área metropolitana necesitaremos del subsidio de entidades ambientales, pues instalar cada caneca nos cuesta casi $300.000”.

¿Qué comentarios han recibido de la gente?

“Nuestra experiencia en nuestro primer conjunto residencial, Girasol, nos dejó ver que la gente está realmente feliz de poder tener una nueva alternativa para desechar el aceite usado, pues aunque muchos no eran conscientes del gran problema ambiental que este causaba al ser arrojado al lavaplatos, nos manifestaron que estaban cansados de los malos olores y la proliferación de bacterias que este aceite generaba en la cañería. Nos motivan a que sigamos adelante, pues saben que no es un trabajo fácil”.

¿Qué mensaje quieren dar con esta iniciativa?

“Actualmente el planeta nos está manifestando cuánto daño le hemos causado, no podemos seguir pensando que sus recursos son infinitos. Ya es hora de asumir la responsabilidad de cuidarlo y entender que cualquier pequeña acción como recoger el aceite en una botella y llevarlo a un punto de acopio será la inspiración para que otras personas lo hagan”.