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Columnistas

Gracias por leerme

GENTE DE CABECERA

Belky Tatiana Celis Rosas – Periodista (@Tatacoacr)

Tímida y atenta. Así llegué el 29 de abril de 2010 al cargo de periodista de Gente de Cabecera. Hoy, cuando escribo estas líneas para despedirme de ustedes, les puedo asegurar que muchas cosas cambiaron en mi vida luego de casi seis años escuchándolos, conociéndolos y aprendiéndoles.

Hasta esta edición los acompaño en este puesto que me brindó alegrías y satisfacciones por la labor prestada, pero sobre todo me permitió conocer personas que hoy están en mi lista de amigos.

Les quiero compartir que parto de la ciudad para conseguir un sueño, para iniciar una nueva etapa de mi vida personal y laboral. Hoy cierro un ciclo que me abrió las puertas para crecer e inicio otro que me ayudará a seguir formándome como mujer y profesional.

A quienes me abrieron las puertas de su casa para contarme sus triunfos, mostrarme sus medallas, diplomas y logros personales y profesionales, gracias. Sin ese compartir habría sido difícil describirles a los lectores la grandeza de sus obras y la magnitud de sus esfuerzos. Detrás de cada una de esas historias quedaron plasmadas enseñanzas para quienes quieren seguir sus pasos, y al tiempo se le mostró al mundo que sí es posible alcanzar los sueños guiados por una rutina de sacrificios y orden. Ustedes me enseñaron día a día para qué sirven la disciplina, la sencillez y dedicación, y ese aprendizaje no tiene precio.

A quienes se esmeraron por tomar fotos y coger el teléfono para contarme qué pasaba en los rincones de la comuna 12 les doy las gracias porque fueron esa ‘antena’ que me permitió, desde mi cubículo, tener los ojos puestos en el diario vivir de los residentes de Cabecera.

Tengan la certeza de que me llevo en el corazón cientos y cientos de experiencias: conversaciones, visitas, tardes de café, consejos, fotos, llamadas telefónicas, detalles de cariño y palabras de agradecimiento por la nota que se publicó.

Me despido con una mezcla de sentimientos: nostalgia por desprenderme de quienes hicieron posible esta tarea y alegría por la nueva vida que Dios me tiene preparada.

Gracias por su colaboración y afecto, pero sobre todo gracias infinitas por sacar parte de su tiempo para leer lo que cada semana les escribía con cariño y dedicación.