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Editoriales, Punto de Vista

La odisea del carril derecho

GENTE DE CABECERA

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Paola Bernal León / Editora Gente de Cabecera 

Son varias las vías de la ciudad que parecen de un solo carril. Elegir la derecha resulta una odisea. Por un lado están los buses de transporte público que hacen de cualquier esquina su paradero; y están también los que se estacionan prácticamente en este carril, hasta que se cumplan dos semáforos en verde, sin importarles la fluidez que requiere el tráfico.

En otras ocasiones son los carros estacionados, que no solo abusan del mal parqueo sino que lo hacen sobre las paradas de Metrolínea. Tal imprudencia lleva a los conductores de los alimentadores a dejar a sus pasajeros en la mitad de la vía, exponiéndolos al peligro de los motociclistas.

Encontramos de igual forma a los vendedores ambulantes, quienes además de elegir el carril derecho para convertirlo en todo un mercado persa, se estacionan de ser posible, sobre la cebra de los peatones.

Y está también el conductor que pone las estacionarias en cualquier lugar para dejar a sus pasajeros, generándose así esos cuellos de botella en todas las vías de la ciudad.

Sabemos que la falta de planeación de algunas obras, así como el incumplimiento en las fechas pactadas incrementan el trancón, pero las acciones anteriormente mencionadas, nos hacen detestar el carril derecho, pues se debe manejar en zigzag, gran factor del caos vial y de los golpes a los vehículos.

¿Y qué decir del que se parquea en plena curva? Si a esto le sumamos las filas de mototaxis, la moto del mensajero mal estacionada y los taxis que se parquean a la derecha para esperar carreras, el caos aumenta.

¿Qué tal si todos empezamos a devolverle el carril derecho a la ciudad?