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Punto de Vista

Navidad Vs imaginación

Nancy Rodríguez Guevara

Editora Gente de Cabecera 

Sí, llegó Navidad. Y con ella llegan las luces, la música, la familia, el ambiente fiestero, las ventas ambulantes, los turistas, los amigos de los ajeno que también quieren buscar lo suyo, y muchas otras cosas más.

Navidad trae alegría y también la seria creencia de que debemos comprarles obsequios, al hijo, el papá, la mamá, el tío, el ahijado, el vecino, el amigo, la tía y muchas otras personas más, a quienes queremos expresarles de alguna forma el eterno agradecimiento por sus diferentes manifestaciones de aprecio durante el año.

Navidad es una temporada para demostrar afectos, es cierto.

Y qué mejor forma de expresar agradecimiento, que regalando compañía, calidad de tiempo, afecto, calor humano.

Alguien contaba por estos días que descubrió, de la manera más dolorosa tras haber perdido a su hijo, que lo mejor que pudo haber regalado fue tiempo, su tiempo.

Contaba que gastó demasiado tiempo ausentándose por largas jornadas, en busca del obsequio ideal, el más lindo, el más especial, el que mejor expresara cuánto lo amaba, y para eso debió dejarlo solo, justo cuando más necesitaba compañía.

A raíz de eso, esta persona argumentaba que el mejor regalo es acompañar, regalar calor humano, un abrazo, un momento haciendo nada y compartiendo sueños.

¿Qué tal invitar a una chocolatada, de esas de antaño, con tarde de fotos y de recuerdos?

¿Qué tal el plan de armar una fogata y al calor de ella dorar unos masmelos, unas salchichas y evocar viejas pilatunas y algunas pendientes?

¿Y qué tal si usamos la imaginación para celebrar?

¡Bienvenida la Navidad!