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¿Por qué es importante tener un seguro?


Lo más inteligente a la hora de comprar cualquier clase de seguro es contar con una buena asesoría que le permita tomar la decisión más acertada según sus necesidades.
Tomada de internet

Teniendo en cuenta las múltiples dudas expresadas por algunos de nuestros lectores sobre qué es lo más importante a la hora de adquirir un seguro con cualquiera de las compañías que ofrecen este servicio en el mercado, Gente habló con Julio César Pimiento, gerente de Pimiento Niño asesores de seguros, quien explicó a fondo algunos de los aspectos más relevantes sobre este tema.

“Dicen los teóricos de la economía que el desarrollo de un país se mide por sus asegurados. En Colombia tenemos un potencial de 25 millones de ciudadanos aptos y sin embargo solamente contamos con 1 millón 200 mil pólizas. El devenir del ser humano en el universo está enmarcado dentro de un escenario de riesgos. El riesgo siempre está junto a nosotros. Si tengo un carro tengo el riesgo de estrellar o que me estrellen, si estoy vivo tengo el riesgo de morir, si estoy sano el riesgo de enfermarme, si amo tengo el riesgo de que me odien, todo es banal”.

 

“Tranquilo, te estamos acompañando”

En medio de la entrevista Julio César se ve obligado a atender una llamada telefónica de uno de sus asesorados que acaba de sufrir un accidente: “Tranquilo, te estamos acompañando” le manifiesta a la persona que al otro lado de la línea pareciera calmarse pues el rito de la conversación disminuye.

“El éxito de la existencia radica en cómo se administran los riesgos. Es importante ser consciente de que están ahí todo el tiempo. Yo podría decir que la ley de gravedad no existe pero si me caigo me duele el golpe, de igual manera no se pueden desconocer los riesgos.

Dentro del concepto de la correcta administración de los riesgos podemos decir que son asegurables aquellos riesgos que al suceder decantaren una pérdida económica. El seguro tiene como filosofía proteger a la persona contra aquellos riesgos, que de presentarse, le generan una pérdida económica, esto significa que yo no puedo pedirle a una compañía de seguros que me asegure una tusa que tengo porque peleé con mi novia, ese es un riesgo que todos corremos pero no es medible económicamente”.

 

“El seguro, en todo su concepto, es la transferencia de los riesgos”.

“El seguro, en todo su concepto, es la transferencia de los riesgos”.

Manejar los riesgos

“Después de comprender en qué estado de riesgo se encuentra la persona tiene dos opciones para manejar sus riesgos, se quedan con ellos o los ceden. Retener el riesgo quiere decir que la persona asume la responsabilidad del mismo, cederlo es pedirle a la aseguradora que se encargue de él”.

El más común

Julio Pimiento explicó que el seguro que más adquieren los santandereanos es el del vehículo: “Es el más mediático y el que les duele en el bolsillo si acaso no han asegurado el carro y tienen un accidente, sin embargo la gente lo piensa y espera que pase un tiempo y salir de deudas a ver si se asegura, como si los accidentes sucedieran solamente cuando se está asegurado”.

“Alguna vez una de las personas que asesoro me comentó que sus hijas, que tenían entonces alrededor de 15 y 16 años, le estaban pidiendo un carro con la excusa de que la licencia de conducción se podía conseguir a esa edad, la mamá les dijo que tener un carro o manejarlo es tener un arma con la que se puede matar a una persona y por lo tanto no les iba a dar un arma, si todos tuviéramos ese grado de conciencia la sociedad funcionaría mejor”.

 

Los que parecen absurdos

El experto en riesgos habló sobre la reacción de las personas frente a los seguros que, en ocasiones, parecen exagerados o incluso absurdos. “Los que tienen casas con créditos, por ejemplo, muchas veces se cuestionan o incluso reclaman porque se les obliga a tener seguro de deudores y contra incendio y terremoto, pero eso no es algo que se le ocurrió a alguien por molestar o generar mayores gastos, es porque la aseguradoras sí saben la pérdida que tendrían en el evento en que muriera el deudor o hubiere un incendio o un terremoto. Si el bien, que es la garantía real, se destruye no habría otra forma de recuperar ese dinero”.

 

Generando cultura

“Nosotros ya hemos adquirido un poco de cultura del riesgo, un claro ejemplo es el seguro obligatorio, que fue una lucha para poderlo imponer porque la gente pensaba que eso era cuestión de los pícaros que querían hacerles gastar más dinero, pero eso es cuestión de solidaridad social”.

 

De las 00:00 a las 12:00

“Muchas de las personas que tienen vehículo esperan a que el seguro obligatorio esté vencido para ir a comprarlo, para ahorrarse el comparendo en caso de que los pare un agente de tránsito, sin embargo la verdadera importancia de este documento radica en la cobertura y el respaldo con que se cuenta en caso de un accidente. La mayoría ni siquiera sabe que el seguro no solamente tiene una fecha de caducidad sino que además tiene una hora exacta a partir de la cual empieza a funcionar, que es desde la medianoche del día que se adquiere el seguro y va hasta el mediodía del último día de cobertura. Pensando en la multa, si un agente de tránsito lo detiene a la mitad del día y usted acaba de comprar el Soat este documento será inválido pues solamente empezará a regir desde las 12 de esa noche”.

 

Casi todo se puede asegurar

“Si usted es cirujano plástico podría asegurar sus manos, por ejemplo, porque de eso depende su producción, esas son sus herramientas de trabajo y si se queda sin ellas eso le acarrearía una pérdida económica, sin embargo en términos de los productos que se manejan en el país podríamos hablar de seguros de vida para este fin, que cubren el fallecimiento excepto en caso de un suicidio. Hay unos amparos adicionales que sirven para darle una mejor estructura al seguro como lo son la incapacidad total o permanente (por muerte o enfermedad) y para el caso del riesgo laborar lo ideal sería el asociado a lo profesional, que haría que la compañía le pagara una pérdida que le impidiera ejercer su trabajo”.

Finalmente Julio César Pimiento explicó que “depende de cada quien decidir qué es lo que quiere asegurar, es cuestión de establecer prioridades, de pensar en quiénes dependen de mí y qué pasaría si algún día me pasa algo y no puedo seguir cumpliendo con mis obligaciones financieras, o quedo en condición de discapacidad y me convierto en una carga adicional para mi familia, o si tengo carro o no, o si decido que quiero tener una garantía sobre los inmuebles que tengo por si ocurre un siniestro o una catástrofe de la naturaleza… Lo más importante realmente es entender la condición de riesgo en que se está y buscar la solución para administrarlo de la mejor manera”.