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En estas calles

Casos de inseguridad preocupan a vecinos

La lectora invita a la ciudadanía a no dejarse engañar por estas llamadas. – Archivo /GENTE DE CABECERA

Presencia constante de las autoridades. Esta es la petición al unísono que hacen los residentes de la comuna 12 que ante los recurrentes casos de robos y la presencia de sujetos extraños hicieron la denuncia.

Periodista del Barrio

Vivo en Cabecera y mi empleada se encontraba sola, habíamos salido con mi esposo a hacer unas diligencias cuando llamaron a la casa de parte de una entidad bancaria, confirmando si nos había llegado un paquete, a lo que ella respondió que no.

Los residentes de este sector de Terrazas piden que los recorridos de las patrullas policiales sean más recurrentes, sobre todo en las primeras horas del día. – Jaime Del Río/ GENTE DE CABECERA

Entonces estos tipos le piden datos como la dirección para confirmar el envío y nombre de ella. Más tarde vuelven a llamarla pero, esta vez alguien dice llamarse Consuelo Durán y comenta que los patrones, a quienes llama con nombre propio, se encuentran detenidos en la Fiscalía, que los van a embargar y que debe salvar las cosas de valor, que se las entregue a un señor que va a ir más tarde a la casa.

La supuesta señora de la Fiscalía mientras habla con ella le sigue sacando información como cuántos hijos tienen ellos, qué hacen y luego le pide el número de celular para volverla a llamar.

Luego llama a la casa un señor que se identifica como Camilo Cifuentes y le dice que empiece a buscar cosas de valor como joyas, efectivo, portátiles, tabletas, etc, todo esto lo debe buscar sin colgar el celular.

Ella empaca todo y sale a entregarle todo a un señor que la espera una cuadra más abajo. Luego la llaman al celular para decirle que los patrones ya están libres.

Esta gente no opera sola y además hacen un seguimiento días antes. Quedé aterrada cuando acudí donde mis vecinos para informarles y me comentaron que en esta zona ya van más de diez casos idénticos e hicieron la entrega en la misma parte.

Por favor estén alerta y alerten a sus hijos y empleadas, que lo que me pasó a mí no le pase a usted.

 

Lucio Cordero / Periodista Del Barrio

Lo que me pasó el 20 de septiembre a las 11:30 a. m. le puede suceder a cualquiera de ustedes en la ciudad “bonita”.

Caminaba por la avenida que desde la Unab conduce a La Quinta Centro Comercial y frente al hostal apareció un tipo de civil, de unos 40 años aproximadamente, robusto, moreno, de pelo a ras y de color negro.

Me alcanzó y me dijo que era agente encubierto del DAS y que estaba en la zona porque en la mañana de hoy habían dado muerte a dos de sus compañeros en San Gil.

Todo lo que hablábamos parecía anotarlo en su agenda, me pareció preocupado, me dijo que sí, que estaban en Bucaramanga porque había gran lavado de dinero y que por estos lados (se refiere a la zona de Cabecera) la gente debe estar avisada y no entregar dinero a nadie ni menos portar grandes cantidades y que cualquier cosa tenía un puesto de control en la salida de La Quinta para seguridad de los vecinos.

Le contesté que me parecía buena idea y que iba a reiniciar mi camino, pero me detuvo e insistió si yo manejaba efectivo, le dije que no tenía grandes cantidades en efectivo.

Me respondió rápido aclarándome que no estaba pidiéndome dinero sino que qué cantidad de efectivo maneja diariamente.

Ya de por sí estaba “cabreado” con el man y en medio de este interrogatorio pude pensar unos segundos ¿por qué había dicho que era del DAS? ¿Por qué preguntaba si yo manejaba efectivo? ¿Puesto de control en La Quinta?

En esas apareció otro sujeto, bastante mayor, flaco, cara afilada, de gafas de aumento y calvo, también de civil.

Lo paró y le preguntó si llevaba dinero, el viejo me miró y le dijo que sí, bajo su camisa se notaba un pequeño bulto y que eran 2 millones de pesos que había retirado del Banco de Bogotá de la sucursal de la Unab.

¡Muéstreme su cartera! fue la otra pregunta, el viejo la sacó y la entregó, el tipo la abrió diciendo “aquí tiene más de ochocientos mil pesos, lleva mucha plata”.

Le dije al man, ya a punto de pegar carrera, “deme su tarjeta y más tarde me acerco al puesto que tiene en La Quinta y le dijo al otro señor que estaba ahí: “Usted me acompaña al puesto”.

Corrí, me metí al Banco de Bogotá y hablé con el primer guardia que encontré.

Nota: La Unab siempre mantiene un guardia en esa parte del hostal pero ese día, a esa hora no había ni celador ni estudiantes caminando por allí. Tampoco funcionan puestos de control de la Policía, ni en la Unab, ni en La Quinta.

 

María P. Lezama / Periodista Del Barrio

Soy habitante de La Floresta y quiero poner en conocimiento la falta de seguridad en la zona y en los barrios aledaños como Terrazas y Pan de Azúcar.

En lo que va corrido del año han ocurrido cinco asaltos en los cuales se entran a las casas, amordazan a los habitantes y se roban todo lo que pueden.

Por otro lado he tenido que suspender los paseos mañaneros con mi mascota, en particular por la carrera 44 al costado exterior del parque La Flora, debido a que se convirtió en basurero del conjunto residencial San Felipe y se ha llenado de gavilanes y lo que es peor se aparece un sicópata que se desnuda y hace vejámenes sexuales a las mujeres que transitamos por allí… ¡da horror!

He expresado esta queja en el CAI Terrazas en varias ocasiones, sin embargo no he visto transitar por allí sus motos en las mañanas temprano, Dios no permita que algún día este hombre termine violando a alguna de las niñas que van para la Unab.

Solicito más vigilancia e instalación de cámaras en las carreras 44 y 49 entre calles 64, 65 y 66.