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Danza en los niños=beneficio en el estudio

La coordinadora académica de Danzazul, Irene Carreño, docente de danza contemporánea y ballet con sus alumnas durante una clase.

La coordinadora académica de Danzazul, Irene Carreño, docente de danza contemporánea y ballet con sus alumnas durante una clase.

Si su hijo es hiperactivo y no logra concentrarse, o por el contrario, es introvertido y tiene problemas para relacionarse con los demás, tal vez es hora de que lo ponga a bailar.

Irene Carreño Monsalve, coordinadora académica de Danzazul, habló sobre los beneficios que trae para los niños esta actividad en la que el cuerpo se convierte en una herramienta.

“Es importante que los niños reciban este tipo de formación desde temprana edad ya que los ayuda a optimizar su desempeño motriz y a tener mayor concentración en las diferentes actividades que realizan a diario”.

¿Quiénes pueden bailar?

“Todos. El movimiento surge desde lo más profundo de nuestro ser, de tal forma que cualquier persona que sea capaz de moverse, es capaz de bailar. Incluso personas con limitaciones físicas pueden hacerlo, por supuesto será diferente, pero también podrían bailar. Nosotros hemos trabajado con personas discapacitadas, incluso con personas que no escuchan y que bailan en silencio, así como también con personas con todas sus capacidades”.

La coordinadora académica de Danzazul, Irene Carreño, docente de danza contemporánea y ballet con sus alumnas durante una clase.

La coordinadora académica de Danzazul, Irene Carreño, docente de danza contemporánea y ballet con sus alumnas durante una clase.

Cambios antes y después de bailar

“Si el niño ha estado en clases de danza durante un periodo corto, es decir menos de un año, la evolución más evidente está en la concentración, el habituarse a estar en una clase, el tener la capacidad de estar dentro del salón y estar tranquilo o disfrutarlo, en ese tiempo adquiere la voluntad de escuchar la música y de seguir el ritmo. También en este periodo ya sabe moverse desde lo que su cuerpo le sugiere, y sigue órdenes o comandos y trabaja muy bien en equipo”.

“Cuando el proceso es más largo, de cinco a diez años, de entrada se sobreentiende que son personas con alma de bailarines, además podrán interpretar maravillosamente cualquier pieza de danza.

Tienen la capacidad de expresar muy bien sus sentimientos y transmitir cualquier tipo de emociones. Seguramente tienen mucha sensibilidad y pueden expresarse fácilmente en público, son seguros de sí mismos, son muy activos, y por el hecho de tener tanta seguridad pueden desempeñarse fácilmente en cualquier campo de su preferencia”.

¿Los niños disfrutan esta actividad?

Según la experta de la danza, “el comportamiento de los jóvenes frente a estas clases depende de la edad y la manera como es enfocada la danza. Los estudiantes deben hacerlo voluntariamente y con convicción, de esta manera les servirá para toda la vida. Los niños que reciben esta formación son más sensibles y su cuerpo se desarrolla saludablemente”.

Beneficios adicionales

“Otros beneficios apuntan a la memoria corporal. Los niños educados en danza desde temprana edad tienen más capacidad de concentración, su desarrollo motriz es muy superior al de un niño que no haya sido formado en el área. Estos niños son mucho más creativos. En casos particulares, por ejemplo, los niños que son distraídos aprenden a concentrarse o los que no tienen esta dificultad enfatizan esa capacidad. La danza desde cualquier punto de vista que se le mire es maravillosa y aporta grandes beneficios para jóvenes y adultos.

El baile también ayuda a la integración y generar mejores interrelaciones sociales, de mejor calidad

Irene manifestó que “también contribuye a la superación de las metas autoimpuestas porque durante el desarrollo de coreografías o ejercicios en clase los niños aprenden a exigirse a ellos mismos y a trazarse metas que anhelan alcanzar”.

Los docentes de la danza

“Las personas idóneas para enseñar esta bella destreza deben tener una formación en danza, en arte y además una formación pedagógica encaminada hacia el desarrollo integral. Deben ser personas que amen a los niños y que tengan conocimientos actuales sobre danza porque la danza es tan antigua como la humanidad misma, pero inicialmente era enseñada de una manera brusca, basada en el dolor y un poco antinatural”.

En sus inicios, el ballet fue enseñado a partir del dolor físico y emocional de las personas. Al exigir posiciones y actitudes casi antinaturales, este hermoso baile era impartido mientras se lastimaba a las personas física y emocionalmente.
El desarrollo de la capacidad expresiva le permite al niño estimular su creatividad; éste es uno de los beneficios de gran importancia que proporciona el trabajo con la danza, ya que por medio de ésta el niño tiene oportunidad de expresarse libremente, lejos del contexto del adiestramiento a que se ve sometido en la enseñanza tradicional que habitualmente recibe, posibilitando sumar día a día nuevas experiencias en esa interacción con el otro, expresando con su cuerpo mucho de lo que verbalmente no se atreve a decir, dejando fluir lo que siente, descubriendo su esencia interior en un espacio que favorece un ambiente para la diversión, la comunicación y la espontaneidad; contribuyendo al desarrollo y fortalecimiento de la personalidad del niño síquicamente más saludable”. (Tomado de ‘La danza como medio potenciador del desarrollo motriz del niño en su proceso de formación deportiva, José Alberto Piedrahita Vásquez, Universidad de Antioquia, Medellín, 2008)

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