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Columnistas

Caminando por el anillo vial

Gilberto Camargo Amorocho

Gilberto Camargo Amorocho

La herencia que nos dejó hace una década la clausurada ciclo vía de los domingos por el anillo vial no nos ha impedido continuar caminándola en el sentido oriente-occidente o lo contrario.

Saliendo de la Zona Refrescante que colinda con Cañaveral, en una gran longitud aún sobreviven los andenes.

En los primeros kilómetros encontramos que hay varios cruces a la izquierda muy peligrosos, en especial cuando se entra a la antigua vía de Carabineros por la estación de servicio y por la entrada de Mediterrané, en ambos hay riesgos permanentes.

Aunado a lo anterior existe una salida de agua sin control sobre la vía que está generando bastantes accidentes por deslizamiento, dicen los vecinos que esa corriente nace en un conjunto residencial y que por no haber construido un drenaje suficiente el agua en época de invierno se reboza.

Nos llama la atención en el recorrido que la gente que trabaja en el costado derecho del anillo vial, cuando desean retornar a Floridablanca en horas pico, no cuentan con un retorno técnicamente construido y muchas veces se devuelven en la entrada que existe en la Planta de Aguas Residuales de la CDMB. Son impresionantes los trancones que se forman, sobre todo a las 6 p.m. y al mediodía. Es urgencia manifiesta construir estos regresos.

A lo largo de todo el trayecto es masiva la presencia de los caminantes y el paso de ciclistas, sería conveniente que para futuras ampliaciones se tuvieran en cuenta estas dos actividades.

Al llegar a Girón notamos bastante caída de piedras. Como sugerencia constructiva, recomendamos a los responsables del mantenimiento y limpieza del anillo vial, que siempre estén atentos una vez termine un aguacero para que lleguen rápidamente con la maquinaria y recojan la cantidad de piedra que cae, así se evita cultivar adrenalina por causa de los embotellamientos vehiculares, pues solo un carril queda en uso.