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En profundidad

Lago de Las Mojarras, un tesoro escondido

Ignacio Pérez Cadena es habitante de Lagos del Cacique y ha cuidado por varios años esta represa natural. (Foto Tatiana Celis).

Por Belky Tatiana Celis Rosas

Sin el pito de los carros, sin trancones ni contaminación y respirando un aire tan limpio como el del campo.

Seguramente pensará que encontrar un sitio con estas características dista del área urbana de Bucaramanga, pero no.

La represa de Las Mojarras está ubicada en la carrera 50 con calle 74, en medio de las casa quintas que caracterizan al barrio Lagos del Cacique.

Aunque es un lugar no muy conocido por los bumangueses, es hoy uno de los ‘puntos verdes’ de la ciudad que espera que el cuidado del hombre le prolongue la vida.

Ignacio Pérez Cadena pasó su niñez en este barrio donde vivían sus abuelos y desde hace 30 años reside allí.

Él nos contó parte de la historia de esta represa construida hace 80 años y reconstruida en 1998, en la alcaldía de Fernando Cote Peña.

“Lagos del Cacique está junto a la montaña y esto hizo que se formaran humedales o lagos. El urbanizador de esto fue don Luis Sánchez Puyana quien creó la represa porque había mucha agua. Para esos años eran tres y ahora solo queda esta porque todas se convirtieron en viviendas”.

Las iguanas de variadas especies también habitan aquí.

Las iguanas de variadas especies también habitan aquí. (Foto Javier Gutiérrez)

Las iguanas de variadas especies también habitan aquí.(Foto Javier Gutiérrez)

Las iguanas de variadas especies también habitan aquí.(Foto Javier Gutiérrez)

Las iguanas de variadas especies también habitan aquí.(Foto Javier Gutiérrez)

Luego de saber que era la única reserva de agua natural, a finales de los 90 la comunidad se unió para lograr convertir esto en un proyecto metropolitano al que quisieran llamar Parque de Las Mojarras, sin embargo es solo un ideal, pues todo se ha quedado en el papel.

 “La conservación de este espacio natural ha tenido, además de la falta de interés por declararlo parque, otros problemas. Por ejemplo el que hubo hace más de dos décadas cuando se hicieron conexiones de alcantarillados de lluvias con aguas sanitarias y caían aquí las aguas negras. También en 2006 cuando por un error humano se dejó cerca un arrume de tierra que fue arrasado por un aguacero. Esto ocasionó la muerte de muchos peces que se ahogaron por el lodo. Otro caso es que la gente cree que la vida que hay aquí puede generar peligro para el entorno, cosa que no es cierta”.

A pesar de estos y otros contratiempos generados por la mano malévola de algunos hombres, Pérez Cadena no baja la guardia, al contrario día a día se esfuerza más por cuidar este tesoro natural.

Por eso cada cuatro meses, junto a otros protectores del medio ambiente organiza jornadas de limpieza y mantenimiento en el lago.

Aunque no son muchos los residuos que recogen, el llamado de este líder y otros vecinos del sector es cuidar y disfrutar sanamente de este espacio visitado diariamente por jóvenes y familias.

Las mojarras rojas y doradas también se observan en este sitio. (Foto Javier Gutiérrez)

Las mojarras rojas y doradas también se observan en este sitio. (Foto Javier Gutiérrez)

Un baluarte desconocido

No hay que esperar mucho tiempo en el sitio para apreciar los animales que allí viven.

El espectáculo se puede iniciar con las tortugas de varios tamaños que salen a tomar el sol.

“Las tortugas de lujo tienen de 10 a 15 años, por eso el tamaño. Son de sangre fría y necesitan el sol para activarse”, dice Ignacio al ver unas grandes que se asoman a descansar sobre una rama grande.

Le siguen los azulejos que van y vienen de sus nidos hechos en un árbol de caucho.

“En abril y mayo la naturaleza se reproduce, casi todas las especies lo hacen, por eso este canto hermoso de azulejos ahora…”.

Unas manadas de peces hacen juegos en la represa y llaman la atención de los visitantes quizás por sus colores, pues hay allí mojarras doradas, rojas y cachamas.

Son estos los animales que más sufren el riesgo de desaparecer pues en ocasiones llegan inescrupulosos a pescar, actividad prohibida en la zona.

En este humedal conviven babillas, peces y tortugas, entre otros animales y plantas. En este humedal conviven babillas, peces y tortugas, entre otros animales y plantas. (Foto Javier Gutiérrez)

En este humedal conviven babillas, peces y tortugas, entre otros animales y plantas. (Foto Javier Gutiérrez)

El grupo de fauna se completa con garzas, pisicíes o ‘pollitos de agua’, mosquitos que sirven de alimento para las crías de mojarras, ardillas, iguanas, faras, zorros y otras especies de aves.

A esto se le añade la riqueza de plantas que complementan la perfecta armonía de la naturaleza, pues hay especies vegetales como guayacanes, bambués, palmas, aguacates, matarratones, guayabos y distintas plantas de flores.

Además hay plantas acuáticas sembradas por la comunidad vecina para proteger la represa de contaminaciones y darle más equilibrio al proceso de vida que allí funciona.

“Como podemos ver es un ciclo de vida natural estable pues viven varios animales y plantas que dependen del mismo ecosistema. El agua aquí florece y los peces funcionan como una cadena en la que el grande se come al chico y se autoalimentan en un ciclo interminable, controlando así la superpoblación”, explicó Ignacio.

Las tortugas (de varias edades) salen a tomar en sol en esta represa. (Foto Tatiana Celis)

Las tortugas (de varias edades) salen a tomar en sol en esta represa. (Foto Tatiana Celis).

Las tortugas (de varias edades) salen a tomar en sol en esta represa. (Foto Tatiana Celis)

Las tortugas (de varias edades) salen a tomar en sol en esta represa. (Foto Tatiana Celis).

Las tortugas (de varias edades) salen a tomar en sol en esta represa. (Foto Tatiana Celis)

La comunidad se une para hacer limpiezas en el lago.

La comunidad se une para hacer limpiezas en el lago. (Foto Javier Gutiérrez).

¿Un parque a futuro?

El ideal de Ignacio Pérez Cadena es ver que esta represa sea parte de un parque metropolitano llamado Las Mojarras.

“Iniciamos formalmente esto cuando era director del Amb Miguel López y pues se construyó el dique y la cañada de 15 hectáreas que nace aquí y baja a la Transversal Oriental, Zapamanga, Riofrío y luego al Río de Oro. Es como una ‘Y’ gigante que se conservaría como un parque similar al de La Flora pero este tendría incluso naturaleza viva en acción porque tiene vida silvestre y agua en forma de nacimiento natural”, comentó.

Ignacio no pierde las esperanzas de que la entidad dueña del terreno, el Área Metropolitana de Bucaramanga, Amb opte por ejecutar, dirigir o coordinar el proyecto.

“Ojalá que esta entidad pueda lograrlo, porque quien lo haga se puede llevar muchos reconocimientos. Bucaramanga ha perdido el nombre de ‘Ciudad de los parques’ porque en realidad es la ‘sociedad de los edificios’, cada vez se construyen más muros pero sin zonas verdes nuevas. Sería bellísimo. Imaginémonos esto lleno de senderos y comunicaciones, con animalitos y más proactivo en animales que La Flora, sería una belleza”, concluye.

2.000

metros cuadrados tiene (aproximadamente) esta represa

Distintas especies de aves como mariposas, carpinteros copetones y azulejos también convergen en la represa.