Menú de categorías

¿Qué pasa?

La ‘fuente’ de la discordia

Este es el panorama de los sábados y domingos, en horas de la tarde, en la fuente del intercambiador de Neomundo. (Nelson Díaz/ GENTE DE CABECERA).

Unos disfrutan y otros se preocupan. Los de afuera se refrescan y desde adentro se suscitan nuevas críticas.

Es la situación que desde hace más de dos meses viene ocurriendo en la fuente hídrica que la Alcaldía de Bucaramanga inauguró en diciembre pasado, en el nivel superior del intercambiador de Neomundo.

Niños corriendo en vestido de baño, jóvenes con yines empapados chapaleando, señoras en pantaloneta y con la toalla lista para secar a sus pequeños y ventas ambulantes de dulces y helados.

Este es el panorama que preocupa a algunos residentes de conjuntos vecinos quienes ven con malos ojos estos comportamientos sociales.

“Esto es un parque y no una piscina pública, debemos respetar. El problema es que esto le está dando mal aspecto al sector. Nos preocupa obviamente porque así como van las cosas el día menos pensado llegan con una olla, leña y hacen un sancocho o un asado. Sería bueno empezar a controlar esto para evitar que se siga deteriorando la imagen a la zona y de paso destruyan este parque en el menor tiempo”, aseguró una habitante vecina quien solicitó no publicar su nombre.

Entre lo público y lo privado

Para Roger Edgardo Díaz Carreño, historiador, magister en filosofía y docente del departamento de Humanidades de la Universidad Manuela Beltran-Itae, este es un dilema de las definiciones de público y privado.

“Uno tiene que entender que hay una especie de divergencia entre lo público y privado. No es que porque es público entonces hago lo que quiero y lo tomo como propio. Hay espacios públicos que tienen usos particulares y esos deben respetarse y acatarse tal como si fueran privados”, explicó.

El profesor precisa que estas personas llegan a la fuente porque la ven como una oportunidad de sociabilidad, porque puede estar allí sin pagar y disfrutar de un baño o para refrescarse olvidando que en realidad fue construido con fines decorativos y estéticos.

También entiende la preocupación de los vecinos quienes ven que este espacio (aunque público) es parte de su vista diaria, de su panorama y por eso lo creen como propio.

“Lo ven como que llega alguien de otro espacio urbano a tomárselo y a dañarlo. Entonces si las autoridades toman decisiones correctivas estarían en un dilema: o defienden a quienes llegan y transforman este espacio decorativo y ve esto como su único espacio gratuito para disfrutar, o defienden este espacio social para darle razón a la comunidad. Los dos sectores implicados tendrían la razón”.

Por su parte Rodolfo Eduardo Duarte Mantilla, psicólogo y docente del colegio Gimnasio Saucará cree que este fenómeno surge por la escasez de espacios de recreación sana que pueda tener la ciudad.

“La gente lo ve como una forma de distraerse, de hacer algo diferente a dar vueltas en un centro comercial. Es evidente también que hay una disputa generada por clases sociales, sin embargo se puede hablar de tolerancia siempre y cuando esta no llegue a los límites en los que se invade la intimidad”.

En este caso, los vecinos se sienten atacados porque sienten que les están violando su intimidad, que otros llegan a tomarse este sitio como suyo.

Y pone el ejemplo de Bogotá, donde la gente llega al parque con su almuerzo y se sienta en familia o grupos a comer. Son sitios creados para compartir.

“Ya habría que ver otra cosa: si esta gente llega y deja basuras y desechos de sus comidas regados, eso sí genera preocupación y entonces las autoridades tendrían que estudiar el impacto ambiental que dejaría como consecuencia este fenómeno”, resaltó.

El parque tuvo un costo de $57 mil millones y fue inaugurado el 22 de diciembre de 2012.

¿Quién vela por el parque?

Desde la oficina de prensa de la Alcaldía de Bucaramanga se reiteró que este sitio fue creado con este fin.“Se hizo para que la gente se recreara y divirtiera, al estilo de muchos parques de otros países. Sí es claro que quizá nos falta más educación y cultura ciudadana para no llegar al punto que dicen los vecinos, de convertir esto en un paseo de olla”, dijeron.

Gente se comunicó con Neomundo y allí informaron que la vigilancia y mantenimiento de este parque está a cargo de la Alcaldía de Bucaramanga.

“Lo único que se puede decir al respecto es que ahora hay un CAI móvil y más vigilancia luego de que vecinos del sector y representantes de Éxito y Cacique se reunieran para pedir más seguridad, pues en las noches había robos allí. Pero ya con lo que tiene que ver con la fuente los encargados son los de la Alcaldía”, confirmaron.

“La Alcadía debió precisar qué intenciones tenía con este espacio”

Paloma Bahamón Serrano, socióloga y maestra de Ciudadanía de la Unab también habló al respecto.

Es un comportamiento social ‘tipico’ de un país tan excluyente como Colombia, donde el disfrute de la condición ciudadana está supeditado a lo económico y no a la garantía estatal de derechos y donde las campañas gubernamentales de educación cívica son esporádicas y superficiales.

Si yo fuera ciudadana extranjera y supiera lo que significa en realidad el ejercicio de los derechos humanos lo que vería con malos ojos son los comentarios ‘clasistas’ de algunos vecinos del sector y quiero recalcar que yo soy habitante de esa zona. Como maestra de Ciudadanía, me duele enterarme de expresiones tan despectivas como que ‘usan chancletas y que un día de estos van a hacer un sancocho’. Pareciera ser que en este país ser pobre es pecado, o es una enfermedad y me hace pensar en el caso de un grafiti que leí en el sector comprendido entre la calle 33 y el parque de La Flora, donde antes se bañaban los habitantes de la calle y que dice: ‘si pudieran, hasta la calle nos quitarían´. ¿Si no tengo acceso a baños privados, dónde me aseo? La educación ciudadana no es sólo para que el sector popular sepa para qué son los espacios públicos sino para que los estratos un poco más favorecidos eliminemos esa actitud intolerante, excluyente y arribista”.

Parque pies descalzos, en Medellín

Casos similares en otras ciudades

El en Medellín fue inaugurado en 2000. Este espacio construido por EPM pretende que la gente se quite los zapatos y disfrute del agua. Sus espacios permiten que se combine la arquitectura de La Alpujarra con el aire libre, provocando así descanso y relajación.

Verano en Europa, junto a la Torre Eiffel.

Otro ejemplo de parques refrescantes está en Ciudad de México. En la Plaza Tlaxcoaque se ve siempre personas con pinta playera disfrutando del juego de la fuente principal, muy parecida a la del intercambiador de Neomundo.

También en Europa, cuando llega el verano, los ciudadanos se refrescan en las fuentes y plazas públicas, como la que queda a pocos metros de la Torre Eiffel.

 

Esto dijeron nuestros tuiteros

@lueplata

No hay que juzgar la idiosincrasia, más bien hay que mirar que no hay espacios de recreación públicos en la ciudad.

@jrcavanzo

Desde que se mantengan las condiciones de seguridad y salubridad ¡espectacular! ¡Al mejor estilo del verano europeo!

@profejuancho

Siempre he querido poner un aviso que diga: “Estimado vecino báñese en su casa”.

@mariopinzoncol

Es una necesidad evidente de esparcimiento de los estratos bajos aledaños, de igual manera sucede con el parque extremo.

@OrdonezPedro

El desarrollo de una ciudad es un compromiso de todos, esto más que falta de cultura o educación se me hace descaro público.

@VladimirGutiFer

Esto ya es falta de civismo, se debe cuidar la imagen de este intercambiador que tanto costó al municipio.

@avillarraga

Francia verano europeo, me agrada la interacción urbanística con la ciudadanía, tal como sucede en otros países.

@AbgJoseCarlos

Refleja que las personas humildes necesitan una piscina y que aún no estamos preparados, como ciudad, para estos lugares.

@Mbetty1

Es clave que vecinos y comunidad asuman una cultura de autocontrol y autocuidado para conservarlo y atraer turistas. Como un espacio de encuentro urbano es innovador para el amb, el cual requiere un acompañamiento pedagógico inicial.