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Columnistas

Estupidez armada

Camilo Umaña

Camilo Umaña

Camilo Umaña- Psiquiatra y humanista

Savater al clasificar el universo y la estupidez humana como infinitos nos pone de presente la trascendencia del término. Cuando se arma de palabras genera daño, inconformidad al tergiversar la realidad y se torna peligrosa cuando se arma de razones sin sensatez haciendo de las suyas.

Cuando la estupidez en un encumbramiento digno de una estatua gulliveriana se adorna de balas y toma la vida de inocentes hermanos, se muestra en su máxima expresión.

Quien empuña una palabra sin fundamento real para el sentido común, una acción sin reflexión y el uso de un arma sin fondo moral hace que se genere el caos y el rechazo queda como marca indeleble para la historia. Ejemplos en nuestra vida nacional hay miles.

Colombia pensó, sintió y marchó en marea humana callejera solo descriptible en fotos, que conmovieron al mundo al salir con el grito mancomunado de “No más Farc”, se demostró que es el sentir de una gran mayoría. Queremos paz, ¡Sí¡ no hay duda.

Las ideologías usadas por ellos en su origen se guiaban por un ideal de reforma socioeconómica que no lograron mantener, y conformaron un movimiento indetenible, las razones hoy las conocemos, es un tema bien estudiado y es un movimiento que murió filosóficamente en el camino, estúpido es no entenderlo.

Queda ahora el ELN en un proceso que va por el camino aprendido en el monte, ¿qué saben hacer? Amenazar, intimidar, matar vidas con todas su ilusiones dejadas a una tumba y reforzar el rechazo de que un día de estos obligue a la masa humana a salir y decir “No más ELN”, ¿o pensarán que son diferentes? ¿Que son subversivos buenos?

Al estado colombiano se le reclama “No más corrupción” y si se exigiera para los corruptos una pena igual o mayor a los armados con ácido ya vigente, se constituiría en el más profundo cambio social que solicita la sociedad y que los legisladores no han podido y no pueden implementar para manejar la estupidez armada más dañina que ha asolado esta sociedad por temor a que se la apliquen.