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‘La historia es una manera de crearle sentido a las sociedades’

En sesión especial de ascenso a su nueva categoría, el profesor Acevedo Tarazona disertó sobre el tema: “De la historia nacional a la historia regional y local: memoria y olvido del patrimonio cultural”. – Suministrada / GENTE DE CABECERA

Diana Lucía Díaz Patiño / GENTE DE CABECERA

Un profundo amor por la historia, especialmente la de su región, definen el quehacer cotidiano de Álvaro Acevedo Tarazona, quien hoy celebra su reciente ascenso como Miembro de Número de la Academia de Historia de Santander, a la que está vinculado formalmente desde 2012 y la cual considera como una de las instituciones culturales más importantes de los santandereanos.

“Es una gran dignidad para mí que hayan reconocido a través de mi obra, la posibilidad de ser Miembro de Número de la Academia de Historia, y desde ahí por supuesto proyectarme en más investigaciones y en más compromisos para conservar este patrimonio cultural”, dice sobre este ascenso.

Además, actualmente es docente titular en la UIS, coordina el área de Posgrados de la Escuela de Historia de esta institución y dirige el grupo de investigación interinstitucional UIS-UTP Políticas, sociabilidades y representaciones histórico-educativas.

Un encuentro predestinado

Finalizaba la década de los 80 cuando este inquieto estudiante, en ese entonces de Ingeniería Mecánica en la Universidad Industrial de Santander, se inscribió a clases de historia con Armando Gómez Ortiz (qepd), quien fuera coordinador del pregrado en Historia de esa institución.

“Era un profesor que con su encanto, su discurso, era un seductor de la academia… Con sus clases entendí que lo mío era la Historia y me retiré… y hoy me encuentro gustoso y lleno de felicidad por haber asumido esta elección”.

Efectivamente, como lo demuestra su trayectoria académica, su decisión fue acertada.

A esta profesión le ha dedicado mucho tiempo y trabajo; y hoy en día, a sus 47 años, ha profundizado y fortalecido esta pasión por la historia con una Maestría de la Universidad Pablo de Olavide y un Doctorado en la Universidad de Huelva (España).

“Soy un convencido de que la historia es una manera de crearle un sentido a las sociedades, y una proyección de futuro, en tanto que, si no nos reconocemos en este acontecer, en estas tradiciones y en estas transformaciones que tienen las sociedades, los seres humanos nos quedamos sin piso, sin fondo”, asegura el académico.

El historiador Álvaro Acevedo está permanentemente escribiendo libros, haciendo consultas, buscando recursos para realizar investigaciones, “creando nuevo conocimiento, que es otra de las maneras de valorar nuestro oficio, en tanto hay muchísimos aspectos de este quehacer que no han sido indagados o reflexionados”. Fabián Hernández / GENTE DE CABECERA

La escritura, más que un resultado

Como docente, este historiador sabe que uno de los más importantes resultados de sus investigaciones es la producción de conocimiento.

Por eso, en su trasegar académico ya suma más de 120 artículos publicados en revistas especializadas y 27 libros resultado de investigación.

El más reciente de ellos, presentado este mes en el Banco de la República, se titula ‘La experiencia histórica del cogobierno en la Universidad Industrial de Santander’.

Pero el historiador también ha incursionado como literato. Ha publicado 3 novelas, una de las cuales, ‘La facultad del deseo’, recibió el Premio Nacional de Novela Ciudad de Pereira.

“Me costó como unos 5 años hacerla, muchas reescrituras… Trata sobre el mundo universitario, las relaciones de pareja, son escenarios de la vida, donde a veces hay que acudir a la ficción, ya que esta permite tratarlos de la mejor manera posible”.

También publicó un libro de cuentos, y tiene dos más “en capilla”, como dice el investigador.

Destaca también que muchas de las investigaciones con las que está vinculado actualmente, están enfocadas hacia el tema de posconflicto.

“Los efectos de esta guerra tienen unas raíces de unos 70 años en Colombia, y en esas responsabilidades tenemos que mirar a muchos actores… La paz es un aspecto fundamental, es una necesidad básica para resolver nuestra situación de futuro, pero solo reconociéndola desde una perspectiva histórica y las responsabilidades compartidas podemos entender que nuestra responsabilidad para apoyar la paz nos permitirá adquirir el sentido, sobre todo en estos momentos en que la sociedad y los partidos políticos se encuentran tan divididos en referencia a un acuerdo que se está gestando y que creo debe llevarnos a una nueva luz y una nueva esperanza para la sociedad colombiana”.

‘Falta más conciencia’

Ante la inquietud de si la sociedad santandereana está desconectada o no de su historia, el profesor Acevedo considera que sí, ya que el patrimonio cultural “es un desastre, infortunadamente”, y argumenta que falta más conciencia y cultura de conservación.

“Hay una relación de este patrimonio con el turismo, pero es que no solo las megaobras contribuyen a formar esta conciencia, sino la posibilidad de reconocer en cada rincón y en cada pueblo de Santander una historia.

Ojalá que la santandereanidad no se constituya en una celebración más, de un día, sino que esté vinculada a proyectos de largo aliento, que permitan reconocer la posibilidad de la preservación de este patrimonio y el recuento con una historia que tiene que ser interpretada, analizada e investigada”, concluye.

A propósito de la santandereanidad

¿Qué es? “Es un recorrido histórico, es un legado cultural que nos permite mirarnos como una región con muchísima historia en el concierto nacional. Los atributos del ser santandereano corresponden a 2 departamentos hoy, que durante mucho tiempo fueron en realidad una región, hasta 1910, cuando es dividido el departamento. Este atributo sin duda tiene un primer referente con los indígenas que habitaron este territorio, principalmente el grupo Guane (…) A partir de ese momento empieza a construirse eso que llamamos ‘ser santandereano’, que en realidad se constituye con este nombre en 1857, cuando se crea el Estado soberano de Santander”.

El acento, el genio, los dichos, la gastronomía… ¿Qué es lo que nos hace ‘más’ santandereanos?

“Yo creo que uno de los primeros aspectos por destacar es el amor a la libertad y la justicia, como principios fundamentales. Fuimos los que trajimos las ideas liberales a Colombia, fuimos los defensores de la propiedad privada (…) también tenemos una sociedad muy comercial que incluso se convirtió en referente en el Nuevo Reino de Granada, porque nos reconocían como industriosos, trabajadores, también un tanto individualistas…”

 

¿Cuál es la esencia de la mujer santandereana y por qué ha sido tan caricaturizada?

“La mujer santandereana es aguerrida, es de las primeras mujeres colonizadoras de este país, que trabajó hombro a hombro con los hombres para hacer fértil esta tierra. Esto la ayudó a construirse con berraquera, con entereza, y de ahí que desde el s. XVII se le conoce a la mujer santandereana como industriosa también, como ‘frentera’. Hoy es un estereotipo pero en el s. XVIII y XIX la mujer santandereana fue ejemplo de virtudes, de trabajo, de entereza, de berraquera. En esa esencia es que se debe construir y mantener este sentido tan importante de la mujer, la mujer santandereana ha sido una defensora de la libertad, de los principios fundamentales, y tenemos hoy mujeres muy destacadas en el ámbito nacional e internacional, que representan con dignidad la tradición”.