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¿Qué pasa?

Cabecera, zona de mayor accidentalidad en 2016

Diana Lucía Díaz Patiño / GENTE DE CABECERA

 

Los accidentes de tránsito son ‘el pan de cada día’. Quien transita por la ciudad, bien sea como peatón o como conductor, fácilmente es testigo de percances o ‘casi’ percances causados por factores como alta velocidad, distracción, imprudencia o irrespeto de las señales de tránsito.

En Bucaramanga, solo el año pasado hubo 3.740 accidentes de tránsito, según lo reportó la Dirección de Tránsito en su más reciente estudio.

De esos 3.740, la comuna 12, es decir la zona de Cabecera del Llano, concentró la mayoría en comparación con otros sectores: 679, equivalentes a un 18% del total de la ciudad en 2016.

Esta cifra, además, superó a la de 2015, que fue de 673 accidentes.

Uno de los casos más graves ocurrió el pasado 9 de diciembre, cuando una mujer de 66 años falleció, víctima de un choque en la calle 52 con carrera 37, mientras viajaba como pasajera de un taxi.

¿Qué origina tantos accidentes?

Dentro de las principales causas de accidentes en la ciudad mencionadas por la DTB, está desobedecer las señales, no mantener distancia de seguridad entre automóviles, manejar de manera imprudente o inexperta, transitar entre vehículos (en el caso de los peatones) y cambio de carril sin indicación previa.

Teniendo en cuenta que la primera causa señalada por las autoridades es no acatar las señales de tránsito, cabe preguntarse si puede ser también que dicha señalización en la ciudad sea insuficiente.

Al respecto, el magíster en Gestión Urbana y docente universitario, Jorge Montero Puyana, opinó: “El tema de la señalización siempre está abierto a mejora, en cualquier parte de la ciudad. Sin embargo, la ciudad tiene una buena señalización tanto horizontal como vertical. Puede haber casos muy puntuales en donde la señalización no tenga una buena percepción del conductor o del peatón, pero también muchas veces es un tema de desconocimiento de qué significa la señal.

Esto lo vivo en el día a día en las clases; cuando doy el tema de señalización, los estudiantes, muchos de los cuales son conductores, desconocen el significado de señales elementales”.

El informe vial también referenció el aumento permanente del parque automotor en los últimos 10 años en Bucaramanga y el Área Metropolitana (las motocicletas pasaron de 40 mil a 368 mil y los carros, de 60 mil a 150 mil), unido a la poca capacidad de oferta de infraestructura vial, como causa importante de la accidentalidad.

Asimismo, dicho aumento genera otras problemáticas como congestión vehicular, pérdidas económicas por las demoras, altos niveles de ruido, polución y estrés, especialmente en las zonas Cabecera y Centro de la ciudad.

Imprudencias como esta, fotografiada por Fernando Calderón Fernández, ponen en riesgo la seguridad en las vías. Además, motociclistas encabezan la lista de accidentados

Zona crítica

La Avenida González Valencia, que intersecta las carreras 27 y 33, así como las calles 52, 54 y 56, entre otros puntos importantes, está entre las 10 primeras vías que han dejado víctimas fatales en accidentes de tránsito.

Con un total de 35 accidentes reportados, en la González Valencia hubo 1 muerto, 16 heridos y 18 casos de solo daños materiales.

En otras vías de la comuna 12, a pesar del alto índice de accidentalidad, afortunadamente no presentan tantos casos de mortalidad.

Por esto, sus calles y carreras no están registradas entre los puntos críticos reportados por la DTB (el cual se hace teniendo en cuenta el número de víctimas fatales).

Sí están en esta lista, por ejemplo, vías como el Anillo Vial, la Autopista Floridablanca – Bucaramanga y las avenidas La Rosita y Quebradaseca.

También es importante mencionar que entre las víctimas fatales en accidentes de tránsito, peatones y motocilistas comparten el primer lugar con 30 casos; le siguen los pasajeros de moto (9) y carro (3); 2 casos de conductores y un ciclista.

2017 pinta mejor

En el reporte general de los dos primeros meses de este año, la accidentalidad vial registrada en Bucaramanga disminuyó, de acuerdo con las estadísticas de la DTB.

Esto, considerando que los percances ocurridos en enero y febrero dejaron siete víctimas fatales (cinco peatones y dos motociclistas) en la ciudad, mientras que en el mismo periodo de 2016 el saldo fue de quince víctimas.

Como indicó la entidad, las cifras también muestran reducción en el número de lesionados, que pasó de 400 el año pasado a 363 en 2017.

Mientras tanto, en daños materiales la disminución es del 13%, pues en el primer bimestre de 2016 se conocieron 314 casos de esa naturaleza y en 2017 van 274.

Miller Salas Rondón, Director de Tránsito, señaló que esa tendencia a la disminución obedece en parte al fortalecimiento de las acciones de planeamiento, control vial y educación ciudadana.

“Hemos implementado medidas que evidencian un mejor ordenamiento vial, tales como la eliminación del giro a la izquierda en la carrera 27 con calle 56, la supresión de los giros en las rotondas de la Ciudadela Real de Minas, la demarcación de bahías para motocicletas en intersecciones semaforizadas y diversos cambios de sentido vial en sectores como el Mutis y Cabecera del Llano, que consideramos, han repercutido en una mayor seguridad vial para los usuarios”, indicó el funcionario.

¿Cómo podrían disminuir los accidentes?

El ingeniero civil y magíster en Gestión Urbana Jorge Rafael Montero Puyana, considera que el tema de accidentalidad es muy complejo, ya que no es un solo factor el que normalmente hace que suceda un accidente. “Es una serie de factores que lo produce (el clima, el estado de la vía, si hay buena señalización, incluso el estado de ánimo del conductor…)”, afirma el también docente de la Udes.

El profesional especifica que para controlar el fenómeno de la accidentalidad en el sector de Cabecera, hay tres aspectos importantes por considerar.

1. Identificar claramente cuál es el problema. “Se requiere un estudio más profundo de los puntos de conflicto, donde más se estén presentando accidentes. El informe (de la DTB) no lo dice claramente, en qué puntos, en qué intersecciones de Cabecera se está presentando mayor accidentalidad”. Una vez conocidos estos puntos, se podría analizar e identificar, por ejemplo, dónde falta mejorar señalización, o mejorar la vialidad (es decir, si hay fallas en el pavimento, o si la falta de mantenimiento de las zonas verdes obstaculiza la señalización).

2. Reforzar la cultural vial y el control por parte de las autoridades de Tránsito.

3. Modificar la legislación si es necesario.

En general, “si lo que se quiere es disminuir la accidentalidad en Cabecera, hay que revisar puntualmente las intersecciones donde se presente mayor conflicto, a ver qué puede estar pasando y reforzar con vigilancia de la Policía de Tránsito dichos puntos”, enfatiza Montero.