Menú de categorías

Nuestra Gente

Mamá canguro: un ejemplo de fortaleza y amor que supera cualquier dificultad

Diana Lucía Díaz Patiño / GENTE DE CABECERA

 

El 13 de enero de 2017 a las 9:25 de la mañana, Ibel Sofía Díaz Jurado salió de la barriguita de su mamá, trayendo alegría a una familia que la esperaba con mucho amor.

Sin embargo, Sofi venía ‘un poco’ adelantada: apenas completaba las 33 semanas de gestación.

Su prematuridad, por supuesto, ponía en riesgo el desarrollo normal de sus órganos y de su motricidad, y suponía para su mamá, Gloria Jurado, junto con toda su familia, un grande reto.

“Después de muchos años, de tener nuestros hijos grandes, decidimos otra vez que Dios nos diera la bendición con una nueva hija o hijo”, cuenta Gloria Azucena, de 42 años.

“Fue un embarazo deseado pero complicado. Desde el quinto mes de embarazo tuve complicaciones, por causa de placenta previa total, y estuve cinco veces hospitalizada”.

Esta complicación en la placenta provocaba que no le llegaran los suficientes nutrientes a Ibel Sofía.

Por eso, en la quinta hospitalización y tras una hemorragia imposible de controlar, los médicos decidieron que era necesaria una cesárea para salvar la vida de madre e hija.

“Luego de la cesárea, Sofía estuvo tres días en cuidados intensivos, por eso fue necesario entrar al plan Canguro de la clínica San Luis”, relata Gloria.

“Gracias a ese programa, pudimos completar con Sofía el tiempo que le hacía falta para cumplir su ciclo normal, el que debía tener dentro de mi vientre. Logramos su desarrollo, en su motricidad, para que fuera como el de los niños que sí nacen a término”.

¿Qué es ser ‘madre canguro’?

“Se refiere a la madre, como proveedora de la llamada Posición Canguro, que es el contacto piel a piel entre la madre y el bebé, 24 horas diarias, en estricta posición vertical, y en medio del pecho de la madre, bajo su ropa. Las madres son utilizadas como incubadoras y fuentes de nutrición y estimulación hasta que el bebe alcanza la madurez esperada”, explica la médico pediatra Mónica Alexandra Cruz, de la Fundación Cardiovascular.

Este método fue creado en Colombia, al final de la década de 1970, por el doctor Edgar Rey Sanabria, quien decidió utilizar a las madres como fuente de calor debido a la escasez de incubadoras.

“A mí me dieron la salida al día siguiente de la cesárea. La bebé, que pesaba 1.960 gramos al nacer, se quedó tres días. A partir del cuarto día, me fui para la casa con recomendaciones muy precisas de que todo el tiempo que pudiéramos, tanto mi esposo como yo, la tuviéramos ahí (en posición canguro)”, continúa contando Gloria.

Durante casi las 24 horas del día, descansando solo para dormir, Gloria y su esposo Vladimir cargaban a Sofi en su pecho.

“Eso es definitivamente la clave para tener éxito con el plan canguro. Tener ese contacto con ella permanentemente ahí, ese calor que uno desprende, y que le pasa a ella ese amor, es definitivamente la clave del éxito”.

La idea con esta postura es que el bebé, puesto de modo vertical en el torso, pueda escuchar el corazón del papá o la mamá con una posición tranquila, con sus manos sobre su pecho, alineada y las piernas recogidas en el vientre de la mamá, según explica Milena González, enfermera del programa canguro de la clínica San Luis.

Mientras Sofi alcanzó su peso ideal, y ella misma empezó a manifestar que ya no se encontraba cómoda en esa posición (lo que significa que ya no es necesaria), pasaron aproximadamente cuatro semanas.

Hoy en día, el método canguro es todo un plan, en el que diversos profesionales como pediatras, fisioterapeutas, psicólogos, entre otros, intervienen para que el bebé prematuro pueda tener un cuidado y desarrollo óptimos.

La clínica San Luis y el Hospital Universitario son las entidades de la ciudad que tienen mayor avance en este programa.

‘El amor hace todo más fácil’

Sofi y su familia completaron el plan canguro en noviembre de 2017.

Gloria, que había tenido ya dos embarazos y partos normales, siente que esta experiencia le dejó grandes aprendizajes.

“Empieza uno a valorar más las cosas, a aferrarse más a la vida y a las cosas que Dios le da. Siente uno más amor por todo y disfruta uno momento a momento todas las cosas que pasan… cosas que antes uno pensaba que eran normales y naturales hasta cuando ve que el destino le arrebata a uno lo normal y lo pone en otra situación”. El apoyo de su esposo y sus hijos, de su familia en general, también fue una fortaleza en el proceso vivido.

“Entonces es una experiencia muy maravillosa, de lo malo se sacaba lo bueno. Todos los días aprende uno un poquito. Y cuando uno tiene amor aprende más fácil y da las cosas con mayor facilidad. Así físicamente cuesten, o económicamente cuesten, la satisfacción de ver una sonrisa, de ver la felicidad de ella que nos transmite a todos los de la casa… definitivamente eso no tiene precio”.

 

En cifras

50

bebés prematuros al mes, en promedio, participan del programa Canguro en la clínica San Luis.