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Nuestra Gente

Eduardo Villamizar Mutis: El lector y melómano apasionado

Eduardo Villamizar Mutis

Escuchar las historias de triunfo y las mil razones que tiene Eduardo Villamizar Mutis para creer en la juventud santandereana hacen que a cualquiera se le erice la piel.

Es algo que despierta mil emociones y el aprecio a ese sentido humano que nos hace sentirnos orgullosos de otros.

Es precisamente eso lo que ha logrado con un trabajo que nace enteramente de su corazón y que está muy lejos de verse motivado por el deseo de mostrarse para ser reconocido.

Quienes han tenido la oportunidad de conversar con él tal vez han sido testigos de su carácter fuerte, pero también del carisma, la calidez y la amabilidad que trasmite.

Su trayectoria es bien conocida en el fútbol. Es quizá allí donde ha tenido la oportunidad de demostrar que cree en su gente y que el talento de esta región tiene cómo apoyarse para ser valorado en Colombia y el exterior.

Qué mejor ejemplo que Luis Gabriel Rey, en quien creyó cuando era muy joven y empezaba su formación futbolística.

Sin pensar hasta dónde llegaría Eduardo Villamizar se dio la oportunidad de ayudarlo, de acogerlo y convertirse en una especie de padrino. Hoy se siente orgulloso de verlo en el lugar que está, tanto que a veces le saca más de una lágrima de emoción.

Es una historia bonita que recrea la posibilidad que muchos niños y jóvenes buscan a través de este dirigente deportivo para convertirse en futbolistas profesionales.

Antes que ufanarse de esto Villamizar piensa que es su motivación y una manera de fortalecer la capacidad de querer lo nuestro.

Pero sus facetas van más allá del mundo deportivo y cualquiera pensaría que sus días se convierten en periodos insuficientes cuando quiere disfrutar de otras de sus pasiones.

Eduardo Villamizar Mutis es bumangués, tiene 65 años y es un orgulloso egresado del Colegio Santander.

Estudió Administración de Empresas en la Universidad Nacional de Colombia y es, según él, abogado de la vida porque su labor actual en el campo de los seguros lo ha obligado a conocer el derecho.

Es hijo de Jesús Villamizar Mantilla, quizá el primer locutor en la historia de la radio en Bucaramanga, y de Ernestina Mutis de Villamizar.

Sus días de infancia y adolescencia dejaron huella en La Aurora y los alrededores del Parque Antonia Santos, de donde recuerda la cercanía del Colegio del Pilar y una vida vinculada a deportes como el baloncesto y el tenis.

Sin embargo, como todos los Villamizar Mutis, lleva en la “epidermis” un legado cultural del que ninguno de los hijos de Jesús y Ernestina pudo escapar.

Su oficina y diversos espacios de su casa son testigos de un gusto organizado y bien selecto por la  música y la literatura.

No en vano, tres figuras que reposan sobre un mueble instalado en su lugar de trabajo tienen a sus pies unos 400 discos compactos; en su casa hay como 5.000 de ellos y unos 2.500 ‘long play’, de diversos géneros.

A don Eduardo le gusta toda clase de música, pero se inclina por aquella orquestada y aprovecha cualquier momento para escuchar toda la que pueda.

Y es cierto, la escucha permanentemente, todo porque uno de sus amigos en alguna ocasión se preguntaba por qué dedicarse tanto a esa afición si no podía escuchar todo lo que coleccionaba.

Pues bien, él se levanta a eso de las 4:30 a.m. En el baño cuenta con un equipo, en el cual disfruta y revisa aquella música que le han pasado de LP a CD; en su carro escucha boleros y en el estudio dispone de lo necesario para degustar la música.

En esto es tan ordenado, que incluso señala lo último que escuchó para continuar al día siguiente.

Sus viajes por diferentes países han sido una oportunidad para enriquecer su colección musical. Mientras su esposa es la “encargada del departamento de compras” de detalles alusivos al sitio que visitan, él se dedica a explorar a fondo las tiendas de discos.

Eso sí, es enfático en afirmar, que ni aquí ni en ninguna otra parte le gusta que los vendedores lo acosen, prefiere buscar libremente porque de todos modos encontrará algo que le interese.

Busca su música teniendo en cuenta la referencia de periódicos, revistas o que encuentra por otros medios.

La lectura es otro de los ‘chicles’ de este santandereano. Lee de todo, y se preocupa por cumplir cada año con el reto personal de disfrutar cierto número de libros.

Por ejemplo, nos contó como su meta promedio es de 12 libros al año, pero que el año pasado se sumergió en 14, mientras que a junio de este año ya ha leído 10.

Este gusto por la literatura ha sido de toda la vida. Cuando escoge un ejemplar no se fija en las calificaciones realizadas por los críticos y por más complejo que le resulte uno no lo deja atrás hasta que lo ha terminado.

Le da un espacio privilegiado a los autores colombianos y esa es otra forma en que apoya lo nacional y lo que ello representa para el orgullo nacional.

Ha leído a Ángela  Becerra, Juan Gabriel Vásquez, Santiago Gamboa, William Ospina y por supuesto, el Nobel de literatura Gabriel García Márquez, entre muchos otros.

Para la lectura también tiene su organización. Tiene en la última página de su agenda, numerados, con título y autor los libros que ha leído este año, una manera de recordarse los retos que adquiere consigo mismo.

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