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César Augusto Serrano Novoa: aliado de los animales y la investigación

Cesar Augusto Serrano Novoa

Cesar Augusto Serrano Novoa

César Augusto Serrano Novoa fue desde niño un aliado de los animales, porque encontraba en ellos mucho agrado y se inclinaba por cuidarlos.

Por esa razón está seguro de que desde esa época quería ser médico veterinario, aunque un evento ocurrido con su mascota fue lo que definitivamente marcó y afianzó ese deseo de su infancia.

“Tenía mucho gusto por los animales y una sensibilidad especial. Viviendo en Bucaramanga la mascota de la casa se enfermó, era una la Fox Terrier muy linda a la que  adoré toda la vida. Terminó yendo de urgencia a la clínica de pequeños animales del doctor Santiago Reyes.

Él me vio tanto interés por el animalito y el deslumbre de ver la clínica, que me vistió de cirujano y me metió a la sala de cirugía mientras él intentaba salvarla. Eso creo que me marcó”.

En ese entonces César Augusto tenía unos 14 años y a partir de allí nadie le quitó la idea  de lo que quería estudiar cuando terminara su bachillerato, el cual cursaba en el Colegio San Pedro Claver.

Creció en una familia de ocho hermanos (cinco hombres y tres mujeres) y parte de su juventud estuvo marcada por la práctica del deporte, aunque no a nivel competitivo, el gusto por la lectura y la música.

Incluso contó que casi tuvo un conjunto vallenato con uno de sus hermanos que tocaba el acordeón y en su casa siempre hubo instrumentos musicales.

César Augusto hace parte de la Asociación  de Facultades de Medicina Veterinaria y Zootecnia

César Augusto hace parte de la Asociación de Facultades de Medicina Veterinaria y Zootecnia

Estudió medicina veterinaria en la Universidad Nacional de Colombia y al final de su carrera, cuando realizaba su tesis, se involucró con el tema de reproducción en bovinos y de allí en adelante se dedicó a eso.

Estuvo en los Llanos Orientales vinculado a esa labor y, en sus palabras, se soñaba realizando ese trabajo toda la vida en ese ambiente que le daba un ejercicio más libre.

“Me pintaba en un jeep andando de finca en finca y atendiendo ganado. Eso le daba a uno una libertad muy especial, no había unos horarios muy fijos y era muy sabroso”, recordó.

Pasó por otras regiones del país, como los departamentos del Valle del Cauca y Cauca en donde laboró con una empresa de origen santandereano.

De todo su recorrido y experiencia acumulada se fortaleció más su deseo de estudiar y por eso viajó a Medellín para realizar una especialización en la Universidad de Antioquia.

Y como pocas cosas son predecibles en la vida, dejó sus estudios para regresar a Bucaramanga y vincularse a la Universidad Cooperativa de Colombia, de la cual hace parte desde 1997.

“Llegué aquí como en paracaídas. Era un  proyecto muy nuevo, llevaba ocho meses, había muchas cosas por hacer,  eso me dio la oportunidad de seguir con la investigación y más vinculado a la academia”, comentó.

Así las cosas, no está cuidando pequeños animales, ni tampoco en fincas atendiendo ganado como una vez se imaginó, pero su ejercicio profesional ha sido igualmente satisfactorio.

La investigación

Lo mejor de su trabajo, aseguró, es que más allá de realizar investigaciones ‘ rimbombantes’ participa en aquellas con un alto impacto social en sectores que están alejados de una intervención profesional cotidiana.

Es egresado más, de los tantos exitosos, que tiene el Colegio San Pedro Claver

Es egresado más, de los tantos exitosos, que tiene el Colegio San Pedro Claver

“Nos hemos preocupado por el trabajo con los campesinos, con los pequeños y medianos  productores, hemos encaminado la labor a tratar de resolver problemas de esas comunidades. Creo que eso ha sido lo más bonito, poder vincular la investigación a procesos de mejoramiento de pequeños y medianos productores”, comentó.

En lo investigativo ha encontrado otros caminos, ahora se enfoca en bioética sobre responsabilidad social de la veterinaria, justicia, biodiversidad, temas que se van complementando con lo que ha hecho en su vida.

Sus logros profesionales no serían lo mismo si no hubiese con quién compartirlos en lo personal y en ese espacio aparecen su esposa Milena Pérez y sus hijas Tatiana y Estefanía.

En el gremio es reconocido y hace parte de diferentes instancias como como la Junta de la Asociación  de Facultades de Medicina Veterinaria y Zootecnia, el Consejo Profesional de Medicina Veterinaria y Zootecnia y la Sala de Ciencias Biológicas, Agronomía, Veterinaria y afines de la Comisión Intersectorial para el Aseguramiento dela Calidad de Educación Superior, Conaces.

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