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El socio más antiguo del Club de Profesionales

Desde su oficina donde se desempeña como abogado litigante, don Iván Ortega Motta contó su experiencia como socio del Club de Profesionales durante 45 años.

Como don Enrique Abril Estévez, quien hasta el último día de su vida fue un socio fiel al Club de Profesionales, así quiere ser Iván Ortega Motta.
Es quizá la persona que a 2012 conoce con pelos y señales la trayectoria de uno de los clubes más importantes de Bucaramanga, pues cumplió 45 de ser su socio.
En su oficina ubicada en pleno Centro de la ciudad, rodeado de libros, decretos, carpetas y casos judiciales, este abogado de 73 años le contó a Gente de Cabecera por qué es tal vez el socio más antiguo del Club de Profesionales.
Como visitante llegó sorprendido y con la intención de ser parte del sitio, caracterizado en la época de los 60 por tener las puertas abiertas para los profesionales recién egresados de la capital santandereana.
Fue en la carrera 27 con calle 35 cuando se hizo socio y antes de que las directivas compraran una finca en Piedecuesta, sitio que no dio mucho resultado porque era muy lejos.
“Luego compraron una casa vieja y le hicieron una piscina que era para los hijos de los socios, pero como la mayoría éramos solteros no teníamos a quien llevar, ya fue después que nos casamos y llevamos a nuestras familias”, narró el abogado.
Como la sencillez que refleja y su ritmo pausado al hablar, don Iván recalca que pertenecer al Club de Profesionales es una de las experiencias más maravillosas de su vida.
“Allí hice muchos amigos, entre ellos Enrique Abril Estévez y Juan José Calderón, solo por mencionar a algunos con los que nos reuníamos en la tertulia, a almorzar los domingos o a tomarnos unos traguitos, era y es un sitio donde reina la amistad”, añadió sobre las tardes en que las incidencias en sus profesiones y la política eran sus temas de interminables conversaciones.

Un buen momento
Aunque el club ha tenido transformaciones desde hace 45 años hasta hoy, don Iván cree que están en el mejor momento de la historia.
“Se ha ampliado el club, se arregló la piscina que ahora es olímpica, se adecuaron baños saunas y se le hicieron ajustes a la cancha de baloncesto. Ahora tiene una magnífica realidad económica, hay una muy buena junta directiva y contamos con un gerente que es socio, que quiere y trabaja mucho por el club”.

Fiestas en grande
Además de sentirse privilegiado por estar en un club cómodo, bien ubicado y con alcances para todos los profesionales, en sus varias décadas de ser socio el abogado Ortega Motta ha disfrutado al máximo las fiestas que tradicionalmente allí se realizan.
El inmortal Lucho Bermúdez fue uno de los protagonistas de las anuales celebraciones de aniversario y de las fiestas de Rojo y Negro, que aún se llevan a cabo.
“Eran y siguen siendo unas fiestas extraordinarias. Aunque ya no tomamos hoy en día, se recuerda con alegría las épocas en que Lucho Bermúdez y otras orquestas de talla internacional venían a festejar con nosotros”.

Para ir en familia
Junto a su esposa Clara Inés Rojas de Ortega ha pasado los mejores instantes no solo de su vida, sino de sus visitas al club.
Aunque ya no van con la frecuencia de los años mozos, asisten los sábados para compartir con los amigos y a veces los domingos para almorzar en familia.
Desde pequeños sus tres hijos supieron qué era hacer amigos y compartir una tarde de piscina en ‘El Profesionales’, sin embargo ve con entusiasmo que las herederas que más afinidad sienten por este sitio son sus nietas.
“Son dos y viven en Bogotá y tan pronto llegan a Bucaramanga piden que las lleven al club para estar en la piscina y hacer amigos, son una hermosura de niñas”, confesó el abogado litigante y quien dedicó 34 años de su vida a la docencia en la Unab, la Santo Tomás y la UCC.

Fiel hasta el final
A pesar del paso de los años que le permite ver que son pocos los amigos de su época que quedan, este inseparable amigo del Club de Profesionales confiesa que será socio de allí hasta el día de su muerte.
Fue este recinto rodeado de un ambiente cálido y amigable el que le permitió cultivar las semillas de amistad que hoy mantiene, por nombrar solo un par a Luis Francisco Narváez Obregón y Jaime Niño Infante… con quienes espera seguir frecuentándose todos los sábado.

1 comentario

  1. SE TRATA NADA MÁS Y NADA MENOS DEL MEJOR PENALISTA DE SANTANDER, BUCARAMANGA Y LA REGIÓN. GRACIAS VANGUARDIA LIBERAL POR HOMENAJEAR AL ILUSTRE JURISTA.

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