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¿Qué pasa?

“Pedimos cambio de alcantarillado para Terrazas”

Esta semana llegaron las volquetas con tierra para empezar el llenado alrededor del colector que mediante un contrato de la Gobernación de Santander y el Empas se construye en la carrera 45 con calle 56

Esta semana llegaron las volquetas con tierra para empezar el llenado alrededor del colector que mediante un contrato de la Gobernación de Santander y el Empas se construye en la carrera 45 con calle 56.

La problemática que se desató el 31 de octubre en la noche en el barrio Terrezas va más allá de la ruptura de un tubo de gas y de agua, y de la inespereda ruptura alrededor del colector nuevo que se construye en la esquina de la carrera 45 con calle 56.

El ánimo entre algunos residentes de este barrio se altera cada vez que llueve, pues se evidencia con insistencia que la falta de una nueva red de alcantarillado está afectando no solo su tranquilidad sino la estructura de sus casas.

“Esto viene desde 2012 cuando le mandé una carta al Empas, Empresa Pública de Alcantarillado de Santander, advirtiéndoles que hay que cambiar el alcantarillado. Lo hice porque mi casa se inundó y hasta perdí la materia prima de mi trabajo. Esto fue un problema que afectó a varias casas”, dijo Rodrigo Lorza, un habitante de la carrera 46.

Los vecinos se preguntan quién responde por estos daños del 31 de octubre, cuando los sifones y hasta conectores de energía se rebosaron.

Los vecinos se preguntan quién responde por estos daños del 31 de octubre, cuando los sifones y hasta conectores de energía se rebosaron.

“Ahora es que nos damos cuenta que el alcantarillado tiene canaletas de hace 60 años. Cuando abrieron los huecos y metieron cámaras se dieron cuenta que esto no sirve. Vino el alcalde Luis Francisco Bohórquez a ver por qué cerramos la vía por agua y el tubo del gas, pero el problema es de alcantarillado. Ese hueco fue lo que rebosó la copa porque esa profundidad no se debió haber hecho. Los que estamos abajo no podemos soportar más el agua que hay debajo y que está afectando nuestras viviendas. El flujo vehicular está haciendo que ceda el terreno. Este barrio fue construido en terrazas, por eso se llama así, y por eso el agua cae a la 45. Si no se cambia el alcantarillado pronto colapsarán todas estas casas, es lo primero que se debe hacer antes de pensar en tapar ese hueco del colector. Deben cambiar el alcantarillado de la 45 para evitar una catástrofe. Nosotros no reclamamos pidiendo lismosnas porque para eso pagamos puntuales el recibo del agua, donde cobran el alcantarillado. Llevamos pagando muchísimo para que funcione y no pueden decir que no hay plata porque siempre se paga”, dijeron los vecinos.

En efecto, lo que dicen estos residentes es cierto y se evidencia en la humedad que hay en las paredes de sus casas, situación que les preocupa debido a que sus inmuebles pierden valor comercial.

También se ve en el hundimiento en los andenes, las grietas en los pisos y en lo que ocurrió en una casa de la carrera 45 el 31 de octubre en la noche, cuando por las ‘tomacorrientes’ rebosaban tierra y barro producto de la ruptura de alcantarillas.

Aquí se evidencia la rotura en las cajas de los contadores. Por aquí pasan las aguas lluvias hacia el subsuelo de las casas.

Aquí se evidencia la rotura en las cajas de los contadores. Por aquí pasan las aguas lluvias hacia el subsuelo de las casas.

“Nos sentimos desamparados e ignorados. El 2 de noviembre, luego de la noche horrible que tuvimos, en la que se nos inundaron las casas, pasamos un Derecho de Petición para solicitarle al Empas una atención urgente a esto, que se revise el alcantarillado y se constate que sí se debe cambiar, pero es la fecha (12 de noviembre) y no nos han contestado. Queremos decirle al Empas que le sale más económico romper la carrera 45, cambiar las redes de alcantarillado por unas nuevas, restaurar el terreno que se ha cedido y ha afectado las viviendas, a esperar a que se caigan todas las casas y tengan que pagarles a muchos residentes de Terrazas indemnizaciones por no haber hecho acciones oportunuas y advertidas sobre este caso”, dijo Istaylí Lamus, una vecina que ha tomado liderezgo frente a esta problemática.

Mientras las soluciones llegan a este angustioso grupo de propietarios, muchos ruegan a Dios que cese el invierno, no solo para evitar pasas otra noche inundada, sino para que el olor a humedad de algunas casas desaparezca.

También aguardan la esperanza de que el Empas les conteste el Derecho de Petición y les proponga un remedio a las desesperantes noches de lluvia que por estos días parece no alejarse de Bucaramanga.

“Nosotros entendemos el temor de la gente, de dar la cara y denunciar públicamente esto, porque creen que sus casas se desvalorizan, pero debemos unir esfuerzos para que luego de reparar este daño nuestras viviendas vuelvan a tener el valor que se merecen”, concluyó la vecina.

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