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En estas calles

¿Por qué caminar las calles?

Serían muchos los motivos para dar respuesta al interrogante de este titular: Para disminuir los accidentes de tránsito anuales; porque así se piensan las ciudades para el disfrute de las personas y no para la velocidad de los autos. Porque así no se usaría el carro para hacer una vuelta, mientras la vida pasa al otro lado del cristal. Porque no se expulsaría al resto de ciudadanos más monóxido de carbono en un día que lo que produce un ciudadano de a pie en toda una vida; y es que el carro no ayuda a la meta de mejorar la calidad del aire que tiene la “Iniciativa Ciudad Emergente y Sostenible” acordada por la alcaldía, Findeter y el BID.

Porque la congestión se cura bajándose del carro. Porque aparecerían más áreas verdes y espacio público por habitante, más que vías y asfalto para carros. Porque habría más parques para los niños y menos calles para los autos.

Porque como diría Jan Gehl: “Se puede echar una ojeada a otros desde un carro, o un tren, pero la vida ocurre a pie”.

Con esta reflexión el experto en civismo del colectivo derivelag, Francisco Paillie Pérez nos pone a pensar sobre el reto de aprender a caminar las calles, de darle prelación a las vías peatonales y no a las grandes avenidas, de leer la ciudad a pie.

¿Está usted preparado para aprender a caminar su ciudad, su sector?