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Punto de Vista

Ni actitud pasiva ni indiferencia

Paola Bernal

Paola Bernal León / Editora Gente de Cabecera

 

No puede haber argumento válido para quedarse en casa y no sufragar. El derecho a la democracia no puede terminar convertido en apatía, y ese es el discurso que oigo con más frecuencia y que me agobia, ¿para qué si todo seguirá igual? No votar no cambiará el panorama ni acabará con la maquinaria, al contrario, le dará más poder.

Es sorprendente analizar las cifras de abstencionismo que registra el país durante los periodos electorales. Las elecciones legislativas y presidenciales superan el 50%. Por eso es bueno escuchar a analistas políticos que invitan a los jóvenes a salir a las urnas para demostrar que son un segmento con poder de decisión que podría cambiar realidades.

Desde que recibí la mayoría de edad no he dejado de dar mi voto, es un deber que le permite a mi consciencia estar tranquila, pero ante todo, no ser parte de la indiferencia que acaba más que los propios actos delictivos. Como mujer siento una responsabilidad doble, pues este derecho no puede quedar en un acto banal, al contrario, es un gran logro que nos permite seguir alzando la voz y trabajando por erradicar diferencias de género.

Y en este punto me detengo para hablar del Día Internacional de la Mujer. Falta más reflexión, sobre todo alrededor del maltrato. Traigo a colación el siguiente momento: Me soprendí viendo las escenas de violencia que se plasmaban en la vida de ‘Yo, Tonya’, película recién nominada al Oscar. Me sigo preguntando por qué hombres y mujeres se reían durante la proyección mientras la golpeaban. A pesar de que el libreto utiliza una narrativa que da cabida al humor ácido, realidades tan fuertes no pueden seguir generándonos carcajadas. Es necesario el análisis.