Si erró, admítalo
Nancy Rodríguez Guevara
Editora Gente de Cabecera
Se que admitir que la embarramos no es fácil. Para muchos admitirlo significaría dejar de lado el orgullo, el ego y muchas prevenciones que arrastramos siempre. Y eso no es fácil.
Errar es de humanos, me repetía mi padre. Y ahora que lo recuerdo, realmente me lo repitió muchas veces. La embarraba a cada momento y aún hoy lo sigo haciendo.
Cometí errores en mi infancia, en mi adolescencia, en mi juventud y hoy los sigo cometiendo. Pero la verdad, con los años se me hace más fácil admitir que cometí un error, una imprudencia, que actué mal. Se me hace más fácil pedir una disculpa, pedir perdón por mi actuar.
Admitir que se cometió un error es un acto de madurez, es un acto humano.
Cegarse en un hecho, a sabiendas que puede ser una equivocación, lo hace ver como un ser irracional al que no le interesa el bienestar del otro.
“Errar es humano, perdonar es divino y rectificar es de sabios”, una expresión más amplia del poeta británico Alexander Pope, que lo único que pretende es hacer un llamado para que el hombre demuestre su verdadera sabiduría al admitir de forma libre y espontánea que cometió un error.
Si lo obligan a hacer o decir algo de lo que usted no está seguro, nada vale eso, ningún significado tiene y mucho menos resultados buenos alcanzará.
Nadie se atrevería a decir que admitir el error es fácil, pero sí deja una sensación de tranquilidad a los que practican sabiamente esta premisa.
Si lastimó, admítalo y pida perdón. Tal vez no lo perdonen, pero alcanzará un poco de paz interior. Hizo lo correcto y eso nadie se lo podrá negar nunca.
Busque siempre su paz interior, y en su andar procure no herir a nadie.