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Relajación, energía y autocuración

Paola Bernal León / Gente de Cabecera

El terapeuta lleva a su paciente a descansar sobre una camilla para dar paso a la relajación.

Mediante un contacto respetuoso, el profesional ubica sus manos en los tobillos. “Con ese contacto se analiza el movimiento del cuerpo, esas mareas, esa sensación como de ola que se expande. El cuerpo del paciente empieza a hablar y a contar su historia, las manos del terapeuta escuchan. Luego se pasa a las rodillas, la zona pélvica, las costillas, los hombros y la base y las suturas del cráneo”.

Así lo explicó Darwin Villamizar, profesional en fisioterapia y Terapeuta Craneosacral y de Medicina Alternativa.

Durante la sesión, el cuerpo enviará una señal de calor en el lugar donde hay más bloqueo. El terapeuta será el encargado de identificar estos puntos y dar amplitud o hacer que los tejidos dejen de contraerse.

El paciente identificará también las zonas donde hay dolor y experimentará incluso emociones, ya que esta terapia además de física es emocional y mental.

Se trata de conectar con la fuente de vida, con nuestro nacimiento, con esos primeros instantes, el mismo vientre de la madre, la forma en que se concibió la vida, cómo se dio el alumbramiento, los primeros siete años de vida.

“Nuestra experiencia de vida, nacimiento y nuestro continuo viaje nos deja huellas. Algunas no tan placenteras (parto traumático tanto para el bebé como para la madre, el posparto, choques, golpes, accidentes, problemas de columna, hernias discales, shocks emocionales, duelos, pérdidas, enfermedades orgánicas), que quedan atrapadas en nuestros tejidos clamando por ser escuchadas y liberadas”, expresó Villamizar.

Para finalizar la sesión el terapeuta ubica brazos, tronco, piernas y cabeza en diferentes posturas, y con una suave presión libera mediante torsiones estas zonas del cuerpo. El profesional explica que el cuerpo es tejido y por ende, una zona repercute en otra, todo está interconectado, somos un todo.

“El cuerpo, la mente y el espíritu es una unidad. La función orgánica también va en armonía con la estructura del cuerpo. Si hay una fractura, tuve una cirugía o tengo una mala postura o una situación de estrés se me va a alterar la función orgánica, el retorno venoso, por eso es importante que la estructura y la función vayan de la mano en armonía”.

Al mejorar la circulación en las zonas donde hay deficiencia habrá mejor liberación de toxinas y pronta recuperación.

¿Qué es la terapia craneo-sacral?

Es una técnica de facilitación terapéutica donde el paciente y el terapeuta entran en comunicación a través de un contacto suave, cordial y respetuoso, con el principio de escucha, sobre los tejidos del cuerpo. Es un abordaje terapéutico derivado de la osteopatía, que comparte sus principios y se da a conocer gracias a un curioso y extraordinario estudiante de Osteopatía, el Doctor William Sutherland, conocido como el padre de la osteopatía craneosacra, a principios del siglo XX en USA. El nombre craneosacral se da para exponer el principio de los fluidos del cuerpo, en este caso de la fluctuación de líquido cefaloraquídeo que permea el sistema nervioso central y continúa su viaje por sistema nervioso periférico hasta llegar filum terminale ubicado en la zona sacra. Esta fluctuación desencadena un efecto de ondas vibracionales que repercuten en todos los tejidos del cuerpo (recordemos que nuestro cuerpo está envuelto por una matriz de tejido sensible ricamente inervado y perfundido) expresándose en forma de mareas que mantienen una frecuencia,

¿Qué combate?

• Dolor de cabeza • Problemas mandibulares • Ansiedad • Dolores articulares • Problemas postparto (madre y bebé) • Esguinces cervicales • Parálisis cerebral • Dificultad en el embarazo • Trastornos la succión y respiración en bebés • Autismo y trastornos de la conducta • Estrés y depresión• Ciáticas • Traumatismos craneales • Hiperactividad • Insomnio • Lumbago • Migrañas • Neuralgias • Parálisis facial • Problemas digestivos • Secuelas de accidentes • Sinusitis • Zumbido en los oídos

Tres zonas que se liberan

  1. Toda la línea de la columna vertebral, que es el eje central. Trabajando en los tejidos alrededor de la columna se genera armonía, una mejora en la salud y en los síntomas, ya que de ahí salen todos los nervios, los ganglios simpáticos; la unión lumbosacral que conecta las vértebras lumbares con el sacro y el sacro con la pelvis.
  2. La zona de la base cráneo-occipital, puente entre las cervicales y la base de la cabeza. Se abre esa compuerta y se libera el nervio vago, por el agujero yugular. Se trabaja así sobre funciones cardiacas, gástricas, renales. Este nervio vaga por todo el cuerpo, conecta, y al abrir esa llave se mejoran desde niveles de estrés hasta desórdenes orgánicos.
  3. Se trabaja en la unión de dos huesos importantes: el esfenoides y la porción vacilar del occipital (el esfenoides forma la base del cráneo y contiene la silla turca, la glándula pituitaria, y a su vez un cartílago que lo conecta con el hueso occipital).