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Gente de Aquí

Costurero de San Pío X: Ocho años regalando sonrisas

Estos son algunos de los diseños que hicieron este año en el Costurero de San Pío X.

Nunca hicieron una costura, pero hoy sus vidas se inclinan en confeccionar más que ropa… sonrisas para los niños más necesitados de Bucaramanga.

Son las mujeres del costurero de la parroquia San Pío X, quienes desde hace ocho años unieron esfuerzos para invertir su tiempo de pensionadas en el diseño y confección de ropa para los menores de los barrios de escasos recursos de Bucaramanga.

Lo hacen en silencio, en el anonimato de toda obra social que se hace con el corazón y no por figurar como redentoras del mundo.

Sin embargo sus obras son grandes y regalan sonrisas a quienes no tienen la oportunidad de estrenar un vestido en esta Navidad.

Su trabajo de costura lo hacen durante todo el año, los martes desde las 2 p. m. en uno de los salones de reuniones de la parroquia San Pío X, congregación a la que también están vinculadas con la Sociedad San Vicente de Paul.

Allí, durante cuatro horas trazan, cortan telas y preparan el material que llevan a sus casas para terminar los cubrecamas, vestidos para niñas, camisetas y pantalonetas para niños y kit para recién nacidos.

Las señoras confeccionan hasta 200 vestidos al año.

Finalizado el año exponen sus obras y luego las entregan a diez parroquias de sitios alejados de la ciudad, que se encargan de entregarlas a niños de familias de pocos ingresos económicos.

“Nunca hemos visto en un niño lo que confeccionamos y ellos no saben quiénes los hacemos, pero cuando estamos diseñando la ropa nos imaginamos la alegría que les dará al ponerse las prendas tan lindas y con tanto amor que les hacemos”, explicó Tata Duarte, fundadora e ideóloga del grupo.

 Una labor de muchos

Aunque quieren pasar en el anonimato, Gente de Cabecera quiso publicar sus nombres para hacer un reconocimiento a su labor, ellas son Tata Duarte, Luisa Delgado, Carmen de Viccini, Beatriz Villamizar, Rosa Villamizar, Miriam C. Gómez, Luisa Delgado, Rosita Scheder  y Olga Rueda. A pesar de que la mayoría son pensionadas del Magisterio, dedican su tiempo a coser las telas que compran gracias a las donaciones que hacen personas de buen corazón, entre ellas Cecilia y María Eugenia Mutis, Eugenia García, Leonor García y Vicente Villamizar Durán.

Además siempre tienen abiertas las manos para recibir telas, retazos, botones, encajes o retazos de todo el que quiera aportarlas.

 El resultado anual

Las prendas que fabrican son llevadas a diez parroquias cercanas a poblaciones de bajos recursos de Bucaramanga.

La disciplina y dedicación es tal que para finales del año entregan en promedio 15 cubrecamas, 20 vestidos para niñas de 0 a 10 años más o menos 25 por cada talla; 150 pantalonetas  y 200 camisetas para niños de 2 a 10 años.

A esto le suman los 50 kit para recién nacido, idea de doña Carmen de Viccini.

 Los beneficiados

La mayoría de sus confecciones son entregados a parroquias de Colorados, Café Madrid, Pablo VI, El Pablón, Nuestra Señora del Carmen, Kennedy, San Antonio del Carrizal, Nuestra Señora de Guadalupe y Candelaria, y este año ayudaron a poblaciones como Tona y El Playón.

1 comentario

  1. Mi mas sentido agradecimiento en nombre de los niños y niñas que son beneficiados con tan noble esfuerzo. Felicidad y Bienaventuranza para esta Damas insignes de nuestra sociedad Bumangueza.

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