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Luz Stella venció el cáncer y le “dio más vida a la vida”

Aunque Luz Stella es viuda y nunca tuvo hijos, siempre contó con el resplado de toda su familia en especial el de su hermana Gloria, su sobrina María Gabriela y su cuñado Alfonso Galeano, así como el de su enfermera auxiliar Érika Romero.- Suministrada / GENTE DE CABECERA

Por: Edward Grimaldos Gómez

Para cientos de personas la palabra cáncer es sinónimo de muerte. Muchos de ellos conocen de alguien que tal vez no logró ganarle la batalla a esta patología y sienten miedo de que eso mismo les pueda suceder.

Sin embargo, día a día la tecnología y la investigación en el área de la salud han logrado evitar que esta enfermedad termine con los sueños de vivir de cientos de personas y de sus familias, siempre y cuando sea detectada a tiempo.

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Del mismo modo, es un proceso en el que la fortaleza familiar y personal debe ser primordial para afrontar las arduas jornadas médicas de quimioterapia y radioterapia.

Es por esto que mediante la ceremonia de graduación “Dando más vida a la vida”, la Foscal Internacional otorga un reconocimiento a los pacientes que con su valentía y esfuerzo sobrehumano finalizan el tratamiento de esta enfermedad.

Ellos, por medio de un diploma y vestidos con toga y birrete, certifican su proceso de recuperación y retorno a la vida.

“Es un acto simbólico y emotivo con el que se quiere premiar a estos seres humanos, quienes se ven involucrados en un sinnúmero de situaciones muy dolorosas y demostrándoles a otras personas e inclusive a ellos mismos que no hay obstáculo imposible por vencer y que lo único imposible es aquello que no se intenta”, manifestó Viky Alexandra Téllez Lozano, enfermera jefe de la Unidad de Quimioterapia de la Foscal Internacional y promotora del programa.

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El programa, que ha sido muy exitoso entre los pacientes, lleva cinco meses y ha graduado hasta la fecha a 43 luchadores.

“Quiero que mis pacientes vean que aunque el camino no es fácil, el cáncer sí se puede vencer, que en la vida los límites solo están en la mente y que la gente luchadora y valiente es la que inspira y da sentido a la vida”, agregó la enfermera jefe.

Primera ‘triunfadora’ certificada

El equipo médico de la Foscal internacional siempre le brindó a Luz Stella los mejores cuidados, así como un acompañamiento basado en la alegría y el cariño.- Suministrada / GENTE DE CABECERA

A la edad de 65 años, Luz Stella Suárez no pensó que le tocaría afrontar una enfermedad tan grave como el cáncer. Había sobrellevado varias enfermedades a lo largo de su vida, y pensaba que tal vez ya no tendría que soportar una más.

Pero no fue así. En agosto del año pasado empezó a sentir algo extraño en sus senos. El temor se apoderó de ella. No obstante, se armó de valor y consultó a un médico quien le confirmó aquel temible diagnóstico que tal vez nadie quisiera escuchar: tenía cáncer de mama.

“Es una noticia muy dura, uno apenas escucha cáncer se siente muy vulnerable, siente que tiene la muerte más cerca”, recordó Luz Stella.

A pesar de la dura noticia, su médico le informó que estaban a tiempo de iniciar un tratamiento adecuado con el que podrían erradicar la enfermedad.

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Se llenó de valor y con gran valentía, esta mujer, quien dedicó más de 35 años a la docencia, decidió que se enfrentaría a una patología que no desconocía del todo, pues unos años atrás había acompañado en el proceso a su hermana, quien infortunadamente no logró ganarle la batalla a la misma enfermedad a la que ella se enfrentaba.

“Yo sabía que tenía que hacerle frente a las cosas porque no podía echarme a morir. Estaba decidida a empezar con fortaleza el tratamiento”, agregó Luz Stella.

El primer procedimiento al que se sometió fue a una mastectomía radical, cirugía del cáncer de seno, en la que se extrae la mama. Con determinación le pidió al doctor que le extirpara el seno completo, pues quería erradicar el problema de raíz.

“El doctor me dijo que solo me iban a extraer una parte, pero al final yo le pedí que me extirparan el seno completo porque, en el caso de mi hermana, solo le sacaron una parte y las células malignas se volvieron a reproducir y le causó la muerte. No quería que eso me pasara”, comentó.

Fue una experiencia dura, porque significa perder una parte esencial del cuerpo que la define como mujer. Sin embargo, sabía que era por su salud y eso la alentaba un poco más.

“Uno como mujer se siente triste, son procesos duros al igual que perder el cabello y las cejas. Uno cambia mucho, pero en parte yo ya entendía que había vivido mi etapa de juventud y que eso ya no era tan importante como lo es mi salud”, agregó.

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Poco después vinieron las quimioterapias, un proceso en el que siempre tuvo el apoyo incondicional de sus amigos, esos mismos con los que luchaba por vencer la enfermedad, así como el del equipo médico de la Foscal Internacional, quien para ella se convirtió en su segunda familia.

“El proceso era duro, pero ir a la quimio no era sinónimo de dolor, al contrario, significaba alegría, calor humano, de mis compañeros y de la jefe Vicky, los doctores y demás enfermeras. Siempre nos hacían sentir muy bien y sabía que cada quimioterapia era un paso más para estar bien”.

– Suministrada / GENTE DE CABECERA

Por eso, en mayo de 2019, una vez empezaron a verse los resultados de su recuperación, sabían que debían celebrar que Dios les estaba regalando una oportunidad más de vivir, con la ayuda y calidez del equipo médico que la atendía.

“El tiempo se me pasó muy rápido, cuando me di cuenta ya me estaba graduando (risas). Una idea que se le ocurrió a la jefe Vicky y que es muy bonita, porque le entregan un diploma y la familia viene y le da un detalle a los doctores y a los compañeros de lucha. Yo no alcancé a ponerme la toga porque fui la primera graduada”, recordó con emoción Luz Stella.

En todo ese proceso, Luz Stella recibió el apoyo incondicional de sus familiares, especialmente el de Gloria Suárez, una de sus hermanas, y su cuñado Alfonso Guerrero. Algo que califica como fundamental a la hora de salir triunfante ante su enfermedad.

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Aunque se graduó al haber culminado su tratamiento de quimioterapia con gran éxito, el proceso no terminó ahí. Se enfrentó a una radioterapia desde julio hasta el pasado mes de agosto, logrando salir victoriosa.

“Cuando terminé la radioterapia también hicimos un acto simbólico que es tocar la campana. Eso significa que el proceso terminó satisfactoriamente y también recibimos una especie de diploma, acompañada de la familia. Son actos muy simbólicos que nos reconfortan”, manifestó.

Actualmente, Luz Stella continúa un tratamiento médico con medicamentos que le permitirán erradicar totalmente cualquier posibilidad de reactivación del cáncer en su cuerpo, y lo complementa con la visita periódica al médico.

«Gracias a esta experiencia puede entender que cáncer no es sinónimo de muerte. Hoy en día tenemos a nuestro alcance muchas posibilidades de tratamientos que nos pueden ayudar. Lo importante es nunca perder la fe», Luz Stella Suárez.

Un programa que crece

Más de 40 personas han logrado salir victoriosos de su lucha contra el cáncer y han recibido su diploma del programa “Dando más vida a la vida”. – Suministrada / GENTE DE CABECERA

Actualmente esta iniciativa está enfocada en los adultos y se encuentra en proceso de implementación para todos los pacientes de la Foscal y Foscal Internacional.

“Aquí participa la familia, porque es donde comienza la vida y el amor nunca termina. Utilizamos una toga, un birrete y un diploma como insignias de esfuerzo, valentía y tenacidad de un camino que estaba lleno de dudas, miedos y sueños que quedaban, tal vez sin cumplir, pero aquí no se derrumbaron esos sueños, se derrumbaron las barreras que impiden cumplirlos porque mientras se tenga vida y un Dios en quien creer nada es imposible, logrando así que sus sueños sean más grandes que sus propios miedos.

«Ellos son unos guerreros, portadores de vida, valientes y un claro ejemplo de superación y tenacidad”, comentó la jefe de la Unidad de Quimioterapia.

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Aseguró que su vínculo con estas personas ha ido más allá de enfermera- paciente, “porque es muy difícil decirle al corazón que no se involucre con un sentimiento de amor, cariño, respeto, empatía y admiración al ver estos seres maravillosos y únicos que dan la lucha incansable por la vida, demostrando que aunque la batalla no fue fácil, se pudo vencer”.